No me representa

Conversaba con una millennial conversa. Era lápiz hasta el día del debate de los equipos técnicos. Hoy –con pesar en su corazón, pero positiva y comprensiva de que al otro lado no hay nada– es Keiko.

Individualistas y narcisistas. Así se les ha calificado a los hijos de la electronalidad. Y en buena cuenta hasta ahora lo son.

Mi amiga millennial me contaba que mientras ella trataba de explicarles el por qué de su cambio. Muchos de sus amigos criticaban al equipo de Keiko no haber ´mencionado´ el término ´medio ambiente´. Palabra mágica cargada de animismo para ellos. Reprochaban que solo habían hablado de inversión, empleo y riqueza. Mucha riqueza. Pero habían eludido la palabra mágica. ¡No importaba la escasez de ideas del otro lado –de la cual eran conscientes– pero la señora K no los ´representa´ porque su equipo técnico no explicitó el término. Como tampoco lo hizo el otro, pero ellos ´representan a los pobres´; a esos que están ´en las alturas´, en la foto folklórica capturada por sus profesores de universidad y entonces visualizada y fijada en ellos.

Bien mirado el asunto, el tema del medio ambiente estuvo en diversos pasajes de lo dicho por varios. Reservorios locales de agua, canales de regadío, una minería respetuosa del entorno, pero para ellos faltó la palabra. Y sus mentes no asociaban lo anterior con el medio ambiente.

Individualismo, narcisismo e incapacidad de decodificar. Obvio, cero interés en el fondo del tema porque los otros tampoco habían insistido en el tema. Pero ellos ´luchan por los pobres del Perú profundo´. Donde habitan en exclusividad pobreza y problemas ecológicos.

Porque en Lima no hay miseria. Solo existe allá, en los Andes, la Amazonía: la pobreza retratada en sus centros de estudios por aquellos a quienes nunca les interesó el medio ambiente: sus profesores, hoy ´verdes´.

Y como en Lima no hay miseria –pues ellos no salen de sus burbujas de vivienda y fiestas y reuniones– había que solidarizarse con ´los pobres´. Los de allá. ¿Quién los representa? El ´pobre´ maestro.

Ellos, los millennials, a decir verdad, pusieron en agenda el tema del medio ambiente. Pero como un primer plano excluyente. En realidad no interesa la pobreza ni realmente el medio ambiente, pues eso es ´allá´. Y quien los representa entonces es el que habla de la pobreza de la foto –no del hombre de carne y hueso–, la pobreza de sus profes.

Entregamos a nuestros hijos a las ´mejores´ universidades. ¡Era evitarles el virus del marxismo! En verdad los enviamos a Wu Han. Porque en esas universidades se cultiva el ´cannabis ambiental´, unido a un concepto de pobreza abstracto y lejano que –eso sí– es necesario redimir. Porque responde a su individual y narcisista leitmotiv: lo ecológico.

Podríamos hablar de generosidad con el ´otro´. Pero cuando no se lee que el otro que sufre está al costado también, quiere decir que no se decodificó nada.

Un poco de razón tal vez los ayude. No es su culpa. Son fruto de una educación y de profesores falsarios. En Barranco tampoco hay pobres ni problemas medioambientales.

Ustedes jóvenes aman la libertad y un modo de vida. No se dejen llevar por clichés que atraen sus egos inmediatos, pero sacrificando esa libertad que ansían.