Eduardo Zapata

Lucía

De las escrituras fonéticas a las escrituras ideográficas

Lucía
Eduardo Zapata
05 de mayo del 2022


Lucía debe estar muy contenta en estos mismos momentos. Porque quería ver su nombre escrito en un artículo. Y quería, además, que dijese que es una niña muy linda e inteligente. ¡Hola! ¡Sí, Lucía, eres muy buena y muy, muy inteligente! ¿Contenta, belleza inspiradora?

Ahora vamos a lo que me enseñaste. Te pregunté el otro día por Whatsapp cómo se llamaban tus abuelos. ¿Qué me contestaste? Bu-pe, Bu-ame, Bu-K y Bu-pajarito. 

Lucía tiene ocho años. Y para quienes seguimos el impacto de las redes sociales sobre el lenguaje y particularmente sobre la escritura y modos de producir sentido en sus usuarios, este testimonio resulta –más allá de lo infantil– bastante esclarecedor. Infantil sería no advertir el fenómeno.

En primer lugar es bueno señalar que Lucía está cumpliendo con una ley que regula la vida de las lenguas: el principio de economía. Con menos, más. Para quienes les interese este principio, allí está el lingüista André Martinet.

Los abuelos de Lucía se llaman Pedro, Amelia, Kiara y Víctor. A juzgar por las denominaciones Lucía establece un denominador común económico con el prefijo Bu. Y a ese prefijo le añade la sílaba inicial de los nombres, en uno de ellos solo la letra inicial del nombre y en otro conceptualiza al abuelo por aquello que hace. Ese abuelo es escultor, trabaja mucho las representaciones de aves, y ese rasgo llama particularmente la atención de Lucía. Hay un alto proceso de abstracción que la lleva a dejar delimitada en la representación gráfica de los nombres de los abuelos generalización y particularidad. Por eso Bu como denominador común de todos sus abuelos y por eso, también en el caso del abuelo que ella quiere particularizar porque más convoca su atención, el empleo de una palabra que lo singulariza: pajarito.

Son claros el principio de economía, la abstracción y –asunto no menos relevante– la necesidad que ella siente de imprimir en sus palabras su modo de ver las cosas. Su subjetividad, sus afectos, su perspectiva sobre las cosas. Y esta es una constante en la escritura de niños y jóvenes: la pérdida de la representación objetivada, la necesidad de que cada palabra porte el mundo interior del hablante y –lo que ya se aprecia en las denominaciones de los abuelos– la ruptura de la coincidencia buscada por las escrituras fonéticas entre sonidos y grafías. Esta ruptura es tan clara que parece estar anunciando una mayor satisfacción en torno a escrituras ideográficas. De hecho Lucía convertiría a sus abuelos en íconos gráficos. Tal vez un emoticón o un emoji para cada uno.      

Traslademos estas constataciones al mundo de la política. Mundo en el cual la representación objetivada era alimentada por la escritura fonética: a cada sonido una grafía, como lo hemos adelantado. Y este mundo parece estar lejano de la realidad que viven las aspiraciones de niños y jóvenes nacidos en el mundo electronal o digital.

El hecho de advertir este fenómeno permite precisamente entender que –en el caso de la propuesta de la segmentación del electorado para una eventual asamblea constituyente– estamos ante una trampa de corte fascista y corporativista. Con el pretexto simultáneo de incorporar diferentes voces y pasarlas como retrato ´objetivo´ de lo real, se segmenta el mercado electoral con criterios más que bastardos. ¿Por qué afroperuanos y no niseis o nikeis? ¿Quiénes son los originarios y quiénes –al parecer– advenedizos? Con esas categorías y con la propuesta del gobierno mejor no hacer la elección. Porque los resultados de esta ya están adelantados: solo el 40% (ya la minoría) quedaría en juego para las fuerzas democráticas. El 60% estaría prefabricado, precocido, delivery. Al servicio del totalitarismo de quienes dicen querer incorporar más voces.

¿Cómo se llama ese cantante, Lucía, que el otro día me contaste que te gustaba desde que Bu-pajarito te lo hizo escuchar hace poco? ¡Ah, Jo-Se! ¿Y por qué me dijiste que te gustaba? Porque eras bonita y te cantaba. Sé que te referías al gran Joan Manuel Serrat -¡Hola Jo-Se-¡ Y sé que te referías a la canción Lucía y a estos versos:

Vuela esta canción
para ti Lucía
la más bella historia de amor
que tuve y tendré.

Eduardo Zapata
05 de mayo del 2022

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