Carlos Adrianzén
Los cabos sueltos del 2024
¿Qué pasa cuando el MEF es de mantequilla y la clase política quiere gastar más?
El año que se extingue nos deja algunos cabos sueltos. Por cabo suelto me refiero aquí a algún plano de la política económica local que no resolvimos, pudiendo hacerlo. Algunos pocos deambulan por el mundo dejando cabos sueltos, otros muchos ya no deambulan físicamente por este mundo –justamente– porque los dejaron abiertos.
En estas líneas enfocaré gráficamente tanto una señal de esperanza (figura Clave I) cuanto tres cabos (figuras Claves de II a IV), dejados por la administración de Dina Boluarte y el Congreso que le tocó. Sí, Dina no duraría en la presidencia un solo día sin el interesado soporte de la Alianza Keiko, Acuña y Luna Gálvez y sin el cinismo político de sus ex aliados de la izquierda filosenderista (incluyendo al fugitivo por corrupción de apellido Cerrón).
Todos estas bancadas cogobiernan y medran con la huancavelicana. Sin oficio y sin gracia. La popularidad de la presidencia y del legislativo contrastan esta conclusión.
Resulta clave descubrir esta suerte de arreglo entre el legislativo y el ejecutivo –justamente– porque explica el modus operandi de la política económica local. Un modo propio de un saqueo.
Han acordado –quizá en forma tácita– tomar todo lo posible vía una política fiscal vergonzosa mientras se respeta la autonomía del banco central. Ni la estructura del presupuesto, ni el mantenimiento de Petroperú, por ejemplo, son casualidades. El acuerdo de saqueo sugeriría algo. O registran una confianza ciega en la burocracia selectora en la próxima elección. O creen que ni sus hijos van a votar por ellos y toman lo que pueden mientras detentan el poder.
Mucho mejores que Castillo
Como coincidiría cualquier persona que aprecie el Perú (ver la columna montoneriana de la semana pasada “Donde hubiéramos caído hoy”), Boluarte ha implicado un quiebre favorable para todos los peruanos. Con el golpista, hoy preso, la pobreza hoy sería mucho mayor. La primera figura de estas líneas insinúa un quiebre favorable. Crecemos algo nuevamente.
A pesar (1) de los múltiples retrocesos de política económica –desde que la izquierda llegó al poder con el hermanísimo de Antauro y (2) la aberrante gestión estatal del covid-19 –desde Vizcarra a Sagasti– los peruanos expulsaron a Castillo y sus secuaces. Con ello, los indicios de recuperación económica en lo que va del presente año han coincidido con la inauguración de un megapuerto en Chancay.
El año 2024 quiebra la tendencia 2013-2023 con crecimientos anuales cada vez menores.
La explicación aquí no refleja exclusivamente los precios de exportación de los minerales. De hecho, los flujos de la inversión minera y las condiciones operativas en el sector han tenido una clara tendencia negativa. El detalle reactivador ha provenido de la Agroexportación costera. Estas se han triplicado a aceleradamente a pesar de todo. Un evento que -para la burocracia dorada de la izquierda limeña- resulta algo intolerable y debe ser castigado y detenido drásticamente.
El mundo de las ilusiones infundadas
El segundo gráfico de esta secuencia presenta dos subgrafos con aristas antagónicas (sin que ello implique ninguna asociación con un burócrata híper displicente de ese apellido).
Por el lado derecho de la figura apreciamos cómo la autoridad monetaria ha recuperado la meta inflacionaria. Algo tremendamente destacable en la Latinoamérica actual y en algunas naciones africanas.
Por el lado izquierdo, analizando la apertura de la brecha externa corriente, emerge una cierta inquietud. A fines del 2024 se viene reabriendo el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Ojo con este detalle. Muchas de nuestras autocomplacencias referidas a la estabilidad de la Plaza pueden ser infundadas. No sería la primera vez que esto nos pase.
La bomba fiscal
¿Qué sucede? Simple y sencillamente, la presión tributaria cae dos puntos del PBI, mientras el gobierno gasta mucho más y… mal. En todo este año no se ha hecho ningún esfuerzo significativo por mejorar la calidad del gasto (i.e.: reducir la corrupción e ineficacia estatal y ni siquiera por hacer cumplir la ley o asegurar el Orden Público.
El Ejecutivo y el Legislativo han cometido una andanada de errores orquestadamente. Detener esto implica una tarea tan compleja como impopular.
Algo muy inverosímil en una administración tratada como una piñata.
Nadie hoy habla hoy de siquiera respetar la regla fiscal
Las cifras publicadas resultan casi escandalosas. (ver gráfico III). No resulta pues casual que, también en el gráfico previo, II, la brecha externa contraste una tendencia deficitaria también. Dina, sus ministros y sus congresistas se equivocan coordinadamente. Ellos no gastan mejor que el pueblo y las empresas privadas.
¿Pero qué pasa cuando el MEF es de mantequilla y la clase política quiere gastar más a como dé lugar?
Pues las inversiones caen, el PBI potencial se comprime y la incidencia de la pobreza se enerva, cerrando el año. Entonces ¿qué nos dejan estos cabos sueltos del 2024 para los años que vienen? Pues eso lo veremos la semana entrante enfocando cómo viene la cosa.
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