Lluvia de millones

No sé si usted lo haga diferente con su dinero. Cuando tiene, por ejemplo, que atender un desperfecto eléctrico en la casa se asegura de que el electricista tenga las credenciales suficientes para hacer un buen trabajo. Igual ocurre con un servicio de gasfitería o cualquier otro. De hecho, no bota su plata en cualquier improvisado.

Y si usted tiene una empresa y anda buscando un gerente para que cubra algún puesto de responsabilidad, es más que lógico que no se le va a ocurrir contratar a un profesional “para que aprenda”. El dinero que usted ha invertido e invierte en su empresa tampoco puede quedar librado a la improvisación. 

No sé si lo recuerden, pero hace algún tiempo un spot televisivo se presentaba bajo el eslogan “Lluvia de millones”. Y en las imágenes efectivamente veíamos caer ininterrumpidamente dinero desde el cielo sobre un conocido personaje de la televisión. Curiosamente hoy ex miembro de lo que supuestamente era la bancada de gobierno.

Al parecer nuestros gobernantes se creyeron este spot. Primero gastaron alegremente US$ 1,400 millones en unos Juegos Panamericanos que nos iban a poner en el centro de la atención mundial. Luego prosiguieron (o pretenden proseguir) obras prostituidas desde el origen por la corrupción. Y encima –como si fuese poco– en realidad están dispuestos a perdonarle todas sus deudas a la corrupta Odebrecht, evidentemente a cambio de delaciones políticamente discrecionales y probablemente de algunos honorarios de éxito. 

Y como tal vez sea también por su incapacidad de gestión para gastar –y seguramente porque nos sobra la plata por la lluvia aludida– nos embarcan con nuestros impuestos en la aventura de las elecciones de congresistas en enero, seguramente para iniciar el año con buen pie en el gasto público. Más de S/ 140 millones para que 130 señores sean electos y la gran mayoría se pase más de la mitad del año para el cual son convocados “tratando de aprender” qué es el Congreso y cómo funciona,

Obviamente en el interín hemos echado plata por la ventana. Hemos perdido aun más dinero con la paralización de pequeñas y grandes inversiones porque nadie invierte en un clima de inestabilidad política.

Al parecer nada del derroche económico importaba. El objetivo era neutralizar a los rivales políticos, entretener a la población con un juego que nadie vio a costa de sembrar en el Congreso gente a la que le pagaremos por aprender.

El resultado será la profundización de la frágil institucionalidad político partidaria; y gasfiteros, electricistas y gerentes improvisados. Todo ello en aras no de un proyecto político serio de desarrollo del país, sino de oscuros intereses que el tiempo y la historia irán desvelando. Pero que es fácil imaginar: ¡lluvia de millones estatales para algunos! Con la más que segura cobertura ideológica del Grupo de Puebla. Disfraz de populismos (corrupción per se) y disfraz de corrupción en general vía concentración del poder.