Carlos Adrianzén

La vulnerabilidad del Perú actual

Cada quien cava su propia tumba. Las naciones también

La vulnerabilidad del Perú actual
Carlos Adrianzén
07 de febrero del 2024


Éste, estimados lectores, será un artículo corto. Los gráficos (
y la información y tendencias que estos descubren –usando las estadísticas de la última década extraídas de la base de Indicadores del Banco Mundial–) contrastan la inquietante vulnerabilidad del Perú actual.

El primero de ellos quiebra ilusiones. Nos refiere a dos variables macroeconómicas que modelarían cuánto habría avanzado –o caído– la economía peruana en las últimas seis décadas, en términos de desarrollo. La primera de ellas –el producto por persona de un peruano en dólares constantes (la línea de color azul)– registra dos fases. Una anterior y otra posterior a las nunca concluidas reformas de mercado de 1991.

En la primera fase (1960-1990) se dibuja una parábola invertida. Describe la caída libre del desarrollo peruano bajo la vigencia de la Constitución sanchecerrista (combinada con las reformas socialistas de la dictadura militar) y la espuria Constitución de 1979, también socialista mercantilista. Aquí se inició el proceso de deterioro del Perú, como sostendría Varguitas, en Conversaciones en la Catedral.

En la segunda parte del gráfico (el periodo 1991 en adelante), nos visitan las ilusiones. Crece –hasta hace una década atrás– el producto por persona y la otra variable (la ratio de desarrollo relativo (la barra rojiza), mejora sostenidamente hasta estancarse con Ollanta Humala muy lejos de un nivel de desarrollo económico relativo alto. 

Nótese aquí, que el indicador, producto por persona en dólares constantes tiene una alta y estable correlación estadística con índices serios de Felicidad y hasta con el folclórico Índice de Desarrollo Humano (publicado entusiastamente por las Naciones Unidas para minimizar el atraso de Cuba, Argentina, Bolivia o Venezuela).

Bueno pues. Si ponderamos con cuidado la Figura A. descubriremos que nuestras ilusiones de desarrollo económico reciente son eso: ilusiones nomás.

Hago este preámbulo por una poderosa razón. Los países que aman la paz deben ser económicamente fuertes. Productos por persona muy altos implican no solamente alto desarrollo y felicidad, sino también fuerzas armadas disuasivas. ¿Quieres paz? Prepárate para defenderte bien. 

Militarmente entonces, el estancamiento económico a los que nos han llevado Humala, PPK, Viscarra, Sagasti, Castillo y Boluarte, nos hace una nación no solo pobre y desigual, también frágil, provocativa diría don Nicolás Macchiavello.

Si hacemos –como se evidencia en la Figura B– cuánto han gastado por persona países vecinos en materias militares –en acumulado en la última década–, podemos dudar si inconsciente o conscientemente nos estamos buscando problemas. 

Nada resulta absoluta casualidad, muy estimado lector.

Si se anima a analizar algún libro de historia de la Segunda Guerra Mundial no podrá negar el nefasto rol protagónico de un canciller Ingles laborista, Arthur Neville Chamberlain. Un personaje tan elegante, como pacifista y despistado. De hecho, poco antes de iniciarse los bombardeos a Inglaterra, –como casi todos los caviares de todos los tiempos– aparentaba llevarse muy bien con uno de los dictadores socialistas más genocidas y famosos de aquellos tiempos, Adolfo Hitler.

La figura C nos recuerda impajaritablemente que en el Perú tenemos nuestros “Chamberlaines”. No ven más allá de sus narices. Gastamos poco y cada vez menos en armas. Sí, no es bueno ser débil y debilitarse en el tiempo. Podría dibujarse hasta una provocación, en los ojos de algún vecino desesperado.

En Latinoamérica todo se complica aún más, si miramos más cerca. Tal como lo acreditan los estimados de Gobernanza del Banco Mundial, en naciones como el Perú –con nuestro débil compromiso a Cumplir la ley, acabar con la Corrupción Burocrática, mantener cierta Eficacia Gubernamental o combatir la Violencia Ideológica– si nos preguntásemos: ¿Donde resultaría más probable que se consolide el Narco-Terrorismo en los años venideros? El siguiente gráfico (ver Figura D) nos dejaría una respuesta meridiana. Los gobiernos de izquierda poshumalistas nos han convertido en un lugar ideal para desarrollar negocios narcoterroristas.

Miren pues lo que trae la izquierda cuando llega al Poder. No solo traen pobreza, desigualdad y corrupción burocrática. También, una peligrosa fragilidad militar.

Carlos Adrianzén
07 de febrero del 2024

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