La segunda república

Forsyth lidera las encuestas; pero es un enigma cómo lo hace fuera de Lima, porque se le conoce por corretear en La Victoria, y La Victoria no es el Perú. Un país no se gobierna fiscalizando, ¿qué modelo económico tiene en mente? ¿Qué piensa de la reactivación y del manejo presupuestal? Salvador del Solar va segundo porque deshizo al fujimorismo parlamentario. ¿En qué cree? ¿Cuál es su modelo? 

En los últimos años solo he escuchado propuestas técnicas sobre el Perú en muy pocos ilustrados. En cuanto a candidatos, Barnechea las tenía y se las respondía todas sin dubitaciones, pero cayó por un tema tan baladí como rechazar un chicharrón. Así estamos. Gana siempre el populismo, dile a la gente lo que le gusta, dale lo que pide, carga bebes, “chupa” del mismo vaso, sécala, intoxícate, abraza, cómete el chicharrón, contágiate, ponte un casco aunque no haya construcción En esta primera república nada interesan los partidos ni las ideas, ellos se crean en función de una persona. “Fulano es presidenciable porque trepó las rejas de Palacio vociferando contra el Presidente. A la gente le gustó, lo colocamos en las encuestas y va tercero”. ¡Pero no tiene partido! “Fundemos uno para él y después creamos un ideario. Plan B: pagamos un vientre de alquiler”. 

La lógica de una segunda república debería ser a la inversa: partidos con ideas, fundados para llevar ideas al poder. En un mundo de sueño, los encuestadores no inducen, preguntan sobre propuestas. Pero no es un mundo ideal el Perú, donde más partido, más organización, más trabajo de hormiga y hasta en secreto y menos personalismo caudillista se ve en una organización que tiene más de teocrática que de republicana, el Frepap (no postula a nadie visible para el 2021, que se sepa). 

Así estamos de necesitados de un papá caudillo: joven, viejo, ideólogo o práctico. El Apra sin Haya no hubiera madurado, y sin García sería un recuerdo ochentero. ¿Qué hubiera sido de AP sin alianzas para “unos mismos pocos”? El fujimorismo sobrevivió porque le resultó el legado dinástico del apellido, la etiqueta cambia de rojo a negro, no la botella.

¿Cuál Bicentenario, si la voluntad de poder precede a las ideas?

PS: “Este virus va a atacar a todos, nadie se va a salvar", dice el Presidente Vizcarra a una pequeña radio. Pasó la etapa de "Ya llegamos a la meseta". Asumo que se refiere al comportamiento caótico general y no a una tirada de toalla que no corresponde a un líder cuya misión es liderar y organizar para lograr que los inmunes sean un muro de contención entre dos grupos, los enfermos y los sanos (la opción a una vacuna en unos meses). Cuidado con las frases (va para todos), que la ansiedad existe y más en los vulnerables; es decir, en los viejos y los enfermos. Suena a “débiles, ¡ya fueron!”. “Agustín Merino” en su cumbre (Que buen website tiene, por cierto). Coraje es lo que menos se puede pedir cuando corremos hacia un liderazgo mundial que es más tétrico que nuestro fútbol.