Francisco Swett

La ilusión de la riqueza

Las propuestas de la Escuela Económica de Austria

La ilusión de la riqueza
Francisco Swett
03 de febrero del 2020


De todas las escuelas de pensamiento económico, la más rigurosa y lógica es la Escuela Austríaca. La teoría es contundente y las explicaciones de los resultados de los eventos económicos son corroboradas cuando se hace la verificación de los datos. Los austríacos, a diferencias de los economistas de otras persuasiones, anclan su pensamiento en el estudio y entendimiento de la conducta humana, y no se preocupan por desarrollar modelos matemáticos ultra sofisticados para pretender explicar algo que no existe: el equilibrio del mercado. Este fin de semana lo aproveché para leer un libro de Ludwig von Mises, aptamente titulado “La ilusión de la riqueza”, que analiza el denominado Ciclo Económico o Ciclo de los Negocios, uno de los temas de permanente actualidad. Mises, reconocido como el exponente más relevante de la Escuela Austríaca de Economía, es un defensor eficaz de la economía de mercado y de la filosofía liberal.

Toda economía tiene dos vertientes: la real, y la financiera y monetaria. La economía real tiene que ver con la producción de bienes y servicios y es la que percibimos: la de los trabajadores, los negocios, la agricultura, la industria, y los recursos. La financiera y monetaria radica en el sistema financiero y en los mercados de capitales, y su expresión es el crédito y los negocios del capital financiero. Mises sostiene que los ciclos económicos se originan en la expansión del crédito fácil y administrado que tiene como punto de partida a la banca central la que, al interactuar con el gobierno, empuja la demanda agregada más allá de sus propias habilidades de recaudación de impuestos y causa, por fiat administrativo, la distribución del capital en la economía. El gasto público se canaliza a través del sistema financiero, que recauda también capitales originados en las exportaciones y en los flujos de inversiones originados en el exterior. El sistema financiero, a su vez, amplía el componente de crédito en la base monetaria, en forma directa o derivada, a través de sus diferentes productos como las tarjetas de créditos y otros productos financieros. 

La tasa de interés, que representa el costo del dinero, sube o baja en una economía de mercado de acuerdo a la preferencia de consumo o ahorro de los habitantes. Pero si la tasa es manipulada por el banco central se da origen a las conocidas burbujas de actividad. La distribución del crédito tiene efectos sobre la distribución de la riqueza (favoreciendo a los que lo reciben) pero también origina las distorsiones en el uso y en los rendimientos del capital. Se altera entonces la preferencia de tiempo (corto, mediano, o largo plazo para invertir o consumir) preferencia que, por su naturaleza, es particular y específica a cada agente de mercado. 

¿Como concluye todo esto? En la fase de aceleración del ciclo de los negocios, la expansión exponencial del crédito introduce la ilusión de riqueza, distorsionando el uso del capital y dando como resultado la creciente divergencia entre la economía real y la financiera y monetaria. Lo apreciamos a diario: se produce la expansión, la tasa de acumulación se acelera, la economía crece, y se inicia la fiesta. Pero todo aquello es una ilusión por cuanto no ha variado la base subyacente de recursos, y se desvanece cuando llega el momento, como siempre llega, de pagar las cuentas. Es cuando la banca tiene que bajar su apalancamiento (deleveraging) ; cuando los sueldos, salarios, remuneraciones y bonos empiezan a desfallecer; cuando las malas inversiones resultan en pérdidas y quiebras; y cuando surge el desempleo y se inicia el largo letargo de los años, décadas y generaciones perdidas. 

Son lecciones elementales que, una y otra vez, los gobernantes ignoran. Son los momentos de total discordia entre las conveniencias políticas y las realidades económicas. Lo que ocurre es que, al ser la política inmediatista, normalmente gana en el corto plazo. La victoria eventual, pírrica en estos casos, es siempre para la Economía que pasa la cuenta por la vía de los ajustes del mercado, la inflación, la recesión, el desempleo y todas aquellas calamidades a las que, lamentablemente, nos hemos acostumbrado.

Francisco Swett
03 de febrero del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

Rojos versus Azules

Columnas

Rojos versus Azules

El elefante y el borrico son los símbolos de los partidos Repub...

31 de agosto
GAS: la evolución del capitalismo

Columnas

GAS: la evolución del capitalismo

El mundo ha cambiado, y la pandemia introdujo nuevas y anteriormente n...

24 de agosto
De Senectute

Columnas

De Senectute

Marco Tulio Cicerón (106 - 43 AEC) vivió hasta la edad m...

17 de agosto

COMENTARIOS