Carlos Adrianzén
La herencia de la izquierda
Menos inversión y democracia, pero más burocracia y corrupción
Algunas veces podemos cerrar los ojos. Dejar de ver lo que no queremos ver o no queremos creer. Otras veces ya no. Porque los daños nos afectan en forma severa y usualmente, en esos casos la reacción es muy costosa, larga e impopular. Resetear el lado institucional de una nación no es una tarea de corto plazo. Requiere severos ajustes. Lo hemos visto en los casos de Cuba o Venezuela y lo veremos pronto en los casos de Canadá, España, Chile e incluso en los Estados Unidos que recibiría Donald Trump.
Estas líneas se enfocan en el Perú Actual (2012+). Para su confusión una de las economías más dinámicas y estables de una región -como Latinoamérica- en estrepitoso declive económico e institucional.
Sí, es algo confuso, estimado lector, porque el asesinato del modelo peruano se da en medio de la caída (ver Evidencia Uno) regional. Nos repiten constantemente que somos una de las naciones mejor paradas económicamente de la región. Nos cuentan continuamente que tenemos mejores cifras macroeconómicas que el resto.
Y esto es cierto, solo que nuestro perfil de crecimiento de largo plazo es ya negativo, no invertimos siquiera a niveles de reposición y el producto potencial se contrae.
Resulta comprensible que la gente no desee leer o escuchar que -gracias al diligente trabajo de los gobiernos de izquierda -desde Humala a Boluarte- el crecimiento de los ingresos de los peruanos ya crece hoy mucho menos que el resto del planeta y el mundo desarrollado.
Nos empobrecemos (línea azul) y nos subdesarrollamos (línea naranja), consistentemente.
¿Por qué caemos?
Entienda en primer lugar que la izquierda persiste en el poder. Tanto controla el Ejecutivo como el Legislativo. Ellos -y sus grupos de interés- no van a admitir que estamos en abierto declive económico. Que la pobreza persiste alta y nos van a contar que nos va mejor que otros desastres económicos latinoamericanos y (si persisten en el poder, lo que parece hoy lo más probable) nos van a contar luego que la riqueza es mala, ergo que es conveniente empeorar.
Pero, si todavía hay gente que, (con buenas intenciones -algunos- y otros con intenciones tranquilizadoras) nos repiten que el modelo de libre mercado aún se respeta en nuestro país, ¿Por qué caemos sostenidamente desde el 2013?
La respuesta es sencilla. La Izquierda -en sus diferentes retóricas y matices- implica siempre mayores grados de Opresión Totalitaria. El Perú ha profundizado sus índices de Opresión Política y Económica. Ha aplicado la receta izquierdista -discretamente y no tan discretamente-. Cualquiera de ustedes puede contrastar eso revisando los índices de Libertad Política o Económica publicados, por ejemplo, por Freedom House (www.freedomhouse.org) o Heritage Foundation (www.heritage.org).
Como resultado de esto, nuestro país ha dejado de ser una Democracia. (ver Evidencia Dos).
Tanto se ha quebrado la Separación de Poderes -subgrafo de la derecha-, ergo el cumplimiento de la Ley; y éste quiebre ha prostituido instituciones -subgrafo de la izquierda- que, el sostener que en nuestro país rigen reglas democráticas actualmente, registraría ribetes de exageración o complicidad.
En el mejor de los casos estaríamos hablando de un régimen variopinto con elevada opresión política y económica, donde la corrupción burocrática campea y la Ley se incumple regularmente.
Nótese el añadido escondido en la parte inferior derecha del gráfico. En éste se dibuja la conexión negativa entre los estimados de Separación de Poderes y Corrupción Burocrática en el periodo analizado. Abusan para robar.
Es español sencillo: los regímenes opresores llegan al poder con bonitos discursos revolucionarios para robar, siempre. Hoy, ni el estancamiento de la economía, ni el abandono de la seguridad ciudadana y empresarial ni la recurrencia de procesos electorales turbios, son casualidades. Son parte de la herencia de la izquierda hoy en el Poder.
La búsqueda de pobreza
La tercera pieza de evidencia de este artículo contrasta que la izquierda no quiebra la separación de poderes, ni se asocia con alta corrupción burocrática, solo para robar o perpetuarse en el gobierno. También necesitan pobres para distribuir -léase, humillar a su gente- mini riquezas como en Venezuela o Cuba.
Odian la emergencia de una clase media pujante. Por ello, tanto la escandalosa corrupción de sus burócratas (familiares y amigos); como el quiebre democrático (autocracia con mayoría congresal obsecuente) les resultan fundamentales.
Bueno en la Pieza de Evidencia tres se contrasta que en el Perú actual ésto es lo que viene pasando… y no lo queremos ver.
Epílogo
- El Perú hoy es distinto. Es mucho más corrupto y mucho menos Democrático. Por aquí han pasado tibios y rabiosos -desde Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti, Castillo y Boluarte-.
- El daño acumulado institucionalmente resulta avanzado y enorme. Mantenerlos implicará hacernos más corruptos, más inestables y más pobres. No somos tan diferentes a otras plazas económicamente fracasadas en la región. Pero existe una salida. Quebramos el proceso neo-marxista o caemos en él...
- Dibuja todo un reto para el próximo gobierno. Este deberá escoger entre ser cómplice y responsable del ulterior declive -al estilo Petro, Boric o Sheinbaum- o combatirlos claramente, al estilo Milei.
- Tan severo es el daño hoy, que el pronóstico resultaría reservado.
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