Eduardo Zapata

La expropiación simbólica

La expropiación simbólica
Eduardo Zapata
14 de agosto del 2014

Reflexiones a propósito de memoria y verdad

Arrebatar los signos del enemigo ha sido, de siempre, tarea de la guerra. Hacer propios banderas y estandartes significa menoscabar la identidad del enemigo y afirmar la propia.

Pero el asunto no está circunscrito al arrebato físico. A tiempos y acciones que solemos denominar explícitamente como guerra. Pues hay también arrebatos y expropiaciones en otros tiempos y espacios sin necesidad de que medie la violencia física.

Lo vimos en los sesentas del siglo pasado. Los signos identificatorios de movimientos contestatarios en los Estados Unidos fueron gradualmente deglutidos por la maquinaria de la sociedad de consumo y perdieron así su capacidad de convocatoria al enojo. El puño cerrado y en alto de las Panteras Negras devino en el tiempo en una simple señal de triunfo deportivo. El símbolo de la paz, asociado en sus orígenes a la filosofía de la cultura hippie, terminó siendo simple motivo de T-shirts . Y –lo vemos aun entre nosotros- el rostro del Che Guevara se convirtió en parche para jeans o adorno de vehículos motorizados.

Recordemos cómo en tiempos recientes (y ante la aceptación implícita de quienes no percibían lo que estaba en juego) hubo Congresos Constituyentes que necesitaron el adjetivo de democráticos para negar precisamente su origen falaz. Las interpretaciones de pronto pudieron ser también inauténticas. Descubrimos, en fin, que podía haber colaboraciones ineficaces. Artificios simbólicos y falsificación del significado original de las palabras para confundir el presente y –en el tiempo- viciar el pasado.

De eso se trata el triunfo sobre el enemigo. De vaciar del significado original los signos arrebatados y hacerlos propios, dándoles un significado domesticado de preferencia cosmético.

Signos y palabras como libertad, democracia, derechos humanos o el mismísimo medio ambiente no han sido banderas propias de la manera como los movimientos de izquierda han actuado en el poder. Se trata de un simbolismo asociado en sus orígenes más bien a un pensamiento liberal. Sin embargo, se trata de banderas que hoy hacen flamear en el mundo movimientos que se denominan de izquierda.

En el fondo, y de eso se trata, es de arrebatar la memoria. El mecanismo a partir del cual signos y palabras cobran vida. Si logramos apoderarnos de la memoria de un pueblo, este leerá esos signos de conformidad no ya con el recuerdo espontáneo, sino con la recordación proveniente del software mnemónico instalado artificialmente por algún sector que pretenda hacer verdad su recuerdo.

Tzvetan Todorov decía que “Una…razón para el nuevo culto a la memoria sería que sus practicantes se aseguran así algunos privilegios en el seno de la sociedad”. Obviamente y más allá de lo crematístico (disponer de recursos económicos para financiar el recuerdo), resulta siendo factible expropiar la memoria colectiva de un pueblo reemplazándola por una versión de parte.

Me temo que es el riesgo del guión subyacente al Lugar de la Memoria. Con el agravante de que esa memoria colectiva –enajenada y fijada en un lugar- nos propone una versión de parte que reduce la historia del Perú a los doce años de violencia subversiva. Cierto es que se pretende transitar por las causas del fenómeno. Pero fundamentalmente para alimentar una memoria artificial que dice –y diga- que la pobreza y la desigualdad produjeron –y producen “naturalmente”- violencia subversiva.

Ningún país europeo, por ejemplo, ha pretendido depositar su memoria colectiva en los sucesos infaustos de las dos guerras mundiales del siglo XX. Duraciones casi similares a las acciones de Sendero Luminoso en el Perú. Con un número mucho mayor de víctimas. De haber artificializado interesadamente el recuerdo y de haber pretendido expropiar la memoria colectiva de sus pueblos, viejos rencores y enemistades del pasado seguirían presentes.

Por Eduardo E. Zapata Saldaña

Eduardo Zapata
14 de agosto del 2014

NOTICIAS RELACIONADAS >

Pobrecitos los viejitos

Columnas

Pobrecitos los viejitos

Si usted anda en ese grupo etario al que se suele aludir como ´c...

17 de abril
Nuestros niños y su cerebro

Columnas

Nuestros niños y su cerebro

  En lo que se refiere específicamente a lo educativo, to...

11 de abril
Una joyita

Columnas

Una joyita

Resultó siendo públicamente una joya. Y de las de &acute...

04 de abril

COMENTARIOS