Jorge Morelli
La bancada y el partido
Fuerza Popular necesita una nueva división de su trabajo

Hace falta una nueva división del trabajo en Fuerza Popular, entre la bancada y el partido. Hasta hoy, el partido ha prevalecido sobre la bancada. El partido daba las órdenes y la bancada las ejecutaba. Eso, sin embargo, dependía de la comunicación. Y hay, en lo inmediato, un vacío. En lo sucesivo, ¿seguirá acatando la bancada las decisiones del partido?
Ante el vacío, el Comité de Emergencia, que ha reemplazado en el partido a todos los órganos —el CEN y el Comité Político—, se ha adelantado a mover su ficha. Ha asumido el papel de constructor del puente con el gobierno de Vizcarra. La carta enviada a Palacio por el secretario general del partido —en calidad de tal—, pidiendo reunirse con el mandatario para elaborar juntos una agenda de reencuentro “sin condiciones”, a ejecutarse independientemente de cualquier otra eventualidad, ha merecido hasta el momento una respuesta con condiciones; y solo de parte de la bancada oficialista, no de Palacio.
De otra parte, el nuevo vocero de la bancada de Fuerza Popular ha pedido disculpas al presidente de la República por los excesos del chat “La Botica”. Precisó que lo hace en su calidad de vocero de la bancada. “Voy a hacer la conducción y el liderazgo de otra forma... Hoy nos vamos a reunir con la bancada para establecer el modo de coordinar sin chats”, ha adelantado.
No se sabe aún qué se se haya acordado en la reunión de bancada a ese respecto. Pero está claro que, sin un chat, la comunicación del partido con la bancada, que de costumbre ha sido más bien vertical, daría paso necesariamente a un proceso de decisión más igualitario; y a cargo del conjunto de la bancada, no del partido y su comité de emergencia. Los voceros de la bancada adquieren, en tal caso, un nuevo estatus político. Mientras el partido construye el puente con el Gobierno, los voceros de la bancada coordinan la agenda del Legislativo en la Junta de Portavoces del Congreso.
El campo está entonces —digamos— potencialmente sembrado de malentendidos. Es indispensable, por lo tanto, que el diálogo con el Ejecutivo (en manos del partido) y la agenda del Legislativo (en manos de la bancada) sean escenarios manejados de manera perfectamente coordinada por los actores. Necesitan estar a la altura de los roles que les han tocado en suerte.
No hay modo de eludir entonces la necesidad en Fuerza Popular de una nueva división del trabajo entre la bancada y el partido. Es una tarea impostergable.
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