Javier Agreda

Herida de mi herida: la poesía de Carlos López Degregori

Herida de mi herida: la poesía de Carlos López Degregori
Javier Agreda
01 de abril del 2016

Antología chilena del destacado poeta peruano

Heredero del simbolismo y del surrealismo, el poeta Carlos López Degregori (Lima, 1952) está desarrollando una obra en la que la evolución literaria personal se conjuga con una siempre rigurosa exploración en los recursos de la propia poesía. Desde su primer libro —Un buen día (1978)— ha ido ganando paulatinamente el reconocimiento de la crítica, que a partir de Lejos de todas partes (1994, reunión de toda su obra anterior) lo considera uno de los más importantes poetas peruanos en actividad. Con un total de once poemarios escritos, CLD ya trasciende nuestras fronteras, como lo prueba la reciente aparición en Chile del libro Herida de mi herida (1978-2014), antología que forma parte de la prestigiosa colección de poesía Das Kapital.

Son casi medio centenar los poemas aquí reunidos, agrupados en tres secciones que representan a las diferentes etapas de esta obra. La primera sección es “Donde el sur termina (1978-1998)”, que abarca más de la mitad de los poemarios de CLD, hasta Aquí descansa nadie (1998). Es la parte más conocida de esta poesía, sobre la que ya han escrito los más destacados críticos literarios peruanos. Por ejemplo, Peter Elmore ha señalado la presencia de lo sobrenatural y lo espectral, provenientes de “una imaginería que el poeta, laboriosamente y sin aspavientos, destila en una dicción sobriamente oscura”. Por su parte, Américo Ferrari afirma que se trata de poemas “desrealizantes… apólogos sin moraleja y sin lugar ni sujeto cierto, historias que parecen haber saltado fuera de la historia”.

La segunda sección es “Herida de mi herida (1998-2010)” y comprende básicamente los poemarios Retratos de un caído resplandor (2002), Flama y respiración (2005) y Una mesa en la espesura del bosque (2010), los últimos publicados por CLD. En ellos se deja un poco de lado el hermetismo de los libros anteriores, pues el autor opta por un lenguaje relativamente sencillo, con menos complicaciones “narrativas” (las elipsis, personajes secundarios y elementos escondidos, frecuentes en la etapa anterior). Pero no solo en lo formal, también en los contenidos el poeta entró en una etapa de síntesis y simplificaciones, en la que la creatividad pura, lo onírico y lo narrativo hacen que la poesía adquiera un cierto carácter mítico.

Retratos… es, sin lugar a dudas, el libro central de esta segunda etapa de la obra de CLD. Es casi un texto autobiográfico, la historia del aprendizaje afectivo de un personaje llamado Carlos Alberto, como el autor, y en la que se apela al ordenamiento temporal y a la primera persona. “Mi primer recuerdo es blanco” dice el personaje, alter ego del autor, en el poema que inicia el libro; y en uno de los últimos encontramos este verso: “Es la noche y caminas la casa por última vez”. De lo blanco a lo negro, el aprendizaje de Carlos Alberto es más bien un oscurecimiento, una especie de descenso a lo profundo, apenas iluminado por los resplandores de Purísima, Fulgor y Aldana, las tres mujeres que marcan su vida, y el resplandor mayor de la poesía misma.

La tercera sección de esta antología lleva por título “Máquina respiratoria (2009-2014)” y reúne textos inéditos, casi todos en prosa y eminentemente narrativos, seguramente el work in progress de un nuevo poemario. Herida de mi herida resulta así una excelente oportunidad para descubrir o conocer mejor el valioso universo literario de Carlos López Degregori.

Javier Ágreda

Javier Agreda
01 de abril del 2016

NOTICIAS RELACIONADAS >

Centenario de Jorge Eduardo Eielson

Columnas

Centenario de Jorge Eduardo Eielson

Hace exactamente un siglo, el 13 de marzo de 1924, nació en Lim...

11 de abril
Peruvian fiction

Columnas

Peruvian fiction

Con La lealtad de los caníbales (Anagrama, 2024) Diego Trelles ...

05 de abril
En agosto nos vemos

Columnas

En agosto nos vemos

Diez años después de la muerte de Gabriel García ...

22 de marzo

COMENTARIOS