Eduardo Zapata
Harry Lee
En 30 años ha cambiado radicalmente a Singapur
Había una vez un lugar que se había convertido en el burdel de Asia, en el burdel de propios y ajenos. Un lugar donde la presencia de corrupción y la ausencia de educación eran la norma política y social.
Hubo una vez un lugar en el cual el producto bruto interno per cápita apenas de US$ 500. Un lugar con escasos recursos naturales. Donde los amantes de las ´predictibilidades´ –formuladas contrario sensu, desde lo hecho y lo existente y no desde lo por hacer y posible– hablaban de un país sin futuro.
Hasta que en 1959 asumió como primer ministro Lee Kuan Yew. Conocido como Harry Lee. O también como LKY para los amigos. Y este señor estuvo en el cargo de Primer Ministro de 1959 a 1990, como Ministro Mayor de 1990 a 2004 y como Ministro Mentor del 2004 al 2011, año en que murió. Y este señor desmintió con resultados a los ´predictólogos´ que auguraban un burdel permanente.
Ese país es Singapur. Y si hoy se acude a la opinión de los expertos en políticas de desarrollo y se acude a lo que hacen gráficos y estadísticas, precisamente se reconoce un país que en solo los 30 años de Harry Lee como Primer Ministro ya había multiplicado su PBI per cápita 15 veces; un país donde la corrupción es un ´bien´ escaso y la educación un bien desbordante. Singapur hoy en el 2023 se enorgullece de estar peleando siempre los dos primeros lugares en educación en el mundo, habiéndo institucionalizado el desprecio por la corrupción por mínima que esta fuese.
Y es que partiendo de definiciones claras y esquivando lo que era políticamente correcto para occidente, rehuyendo recetas ortodoxas y apostando por el futuro, Harry Lee logró encaminar a su país. Con conceptos muy definidos y con elecciones democráticas que ha ganado siempre su Partido porque la gente ha ido viendo resultados.
En 1959 el Perú tenía un PBI per cápita cuatro veces mayor que el de Singapur. Y mientras muchos en el Perú ´celebran´ que nuestro PBI per cápita hoy sea de US$ 6,000 aproximadamente, Singapur está ya en US$ 97,000. Mientras aquí discutimos sobre si alguien que agrede a un policía debe ir a la cárcel o si alguien que genera terror –como consecuencia de una propuesta política– es o no terrorista, allá se discute sobre inteligencia artificial y el futuro. Y la gente entiende que ese futuro sabe más de decisiones claras, firmes y oportunas que de permisividades.
Harry Lee lo logró en 30 años. Partiendo de donde partía. Su propuesta inicialmente no contaba con el auxilio de las potentes e invasivas tecnologías de la información electronal o digital. ¿En cuánto tiempo podríamos lograrlo en el Perú si pensamos que hoy se puede contar con estas tecnologías y si pensamos desde proyecciones a futuro y no nos paralizamos con reminiscencias pasadistas?
Se entenderá que no hablamos de copiar modelos. Solo de que ante situaciones muy adversas es posible extraer de lo hecho por Harry Lee unas buenas lecciones.
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