¿Hacia dónde vamos?

El desempeño de la economía es cada vez menor, el avance de coyuntura —emitido por diferentes analistas— precisa que el ritmo de crecimiento continúa desacelerándose. En abril pasado el Producto Bruto Interno (PBI), si consideramos el margen de error, puede haber ingresado a un ciclo recesivo. La expectativa va de 0% a 0.8%.

¿Qué la dinámica económica? Una de las variables que impactan más en la evolución económica es la incertidumbre que ocasiona el constante enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. No obstante que el Congreso haya otorgado la confianza al gabinete presidido por Salvador del Solar.

¿Qué requiere el país? Generar consensos mínimos. Si todos tenemos en claro que la base del bienestar de la población está en el trabajo, lo razonable es propiciar las condiciones para que se generen más puestos de trabajo y se reduzca la informalidad y caiga la pobreza. Pero ¿qué sucede cuando las autoridades procrastinan o postergan ejercer su responsabilidad, que es la toma de decisiones? Ocasionan incertidumbre en los agentes económicos. En consecuencia, se inhiben de decidir si invierten o no.

Por ejemplo, la crisis del sector energético se debe a que existe más oferta de la esperada, subsecuentemente los márgenes de ganancia disminuyen y se suspenden los futuros proyectos de inversión en dicho sector. ¿Por qué el sector energético invirtió en plantas de generación si no había suficiente demanda? La razón es una sola: la demanda prevista se sustentaba en que las autoridades iban a respaldar la ejecución de diferentes proyectos mineros que, por las características de esta actividad, son altos demandantes de energía. Además, un proyecto energético no se concreta de un día para otro, satisfacer de manera constante una cifra importante de megawatts requiere planificación, financiamiento y el tiempo que toma la construcción de una planta. Si las autoridades emiten mensajes claros y confiables a la comunidad financiera, nacional e internacional, la respuesta suele ser el alineamiento de los agentes económicos para impulsar el crecimiento.

Hagamos un ejercicio: una empresa invierte en exploración durante ocho o diez años, en promedio, y ubica un yacimiento que estiman relevante. La etapa siguiente es planificar su desarrollo y el costo financiero del mismo. Como parte de su ejecución, se debe buscar las fuentes de suministro principales, agua y energía. Si se trata de agua, el volumen a emplearse no debe afectar el consumo de los usuarios actuales. Si se trata de energía, deberá estudiarse si existe disponibilidad o si se debe suscribir un contrato que garantice contar con ella a futuro. En consecuencia, los generadores empiezan a planificar la expansión de sus operaciones. Sin embargo, lo que viene ocurriendo en el Perú es el caso inverso. La omisión de mensajes genera incertidumbre, y la incertidumbre retrae las inversiones; subsecuentemente, la generación de empleo disminuye y los salarios se estancan o empiezan a disminuir.

La caída en los niveles de aprobación a la gestión gubernamental es la respuesta ciudadana a los problemas que la agobian y que se acrecientan, como la inseguridad ciudadana, la falta de empleo y la pérdida de confianza.