Tino Santander

El sueño de Alberto Fujimori

El sueño de Alberto Fujimori
Tino Santander
09 de mayo del 2017

Mantener su poder, incluso a costa de renunciar a su libertad 

Indultar al ex presidente Fujimori dividiría con violencia a los peruanos, pues enfrentaría al pueblo que lo apoya  contra el que lo rechaza. Indultarlo no reconciliaría al Perú, como sostienen algunos analistas; por el contrario, motivaría el enfrentamiento y generaría incertidumbre  en nuestra sociedad. Existen, sin embargo, quienes consideran su indulto como la condición indispensable  para ir a la formación de una alianza entre el gobierno de la tecnocracia liberal pepekausa con la mayoría fujimorista dominante del Congreso ¿Es este argumento razonable y plausible?

Alberto Fujimori es consciente de que no son los argumentos racionales y jurídicos los que necesita para lograr su libertad. Su conducta nos permite distinguir que  para él es más importante el ejercicio de su liderazgo. Lo vemos aferrarse con cálculo y premeditación al poder, y maniobrar como factótum de la política nacional desde la cómoda prisión donde cumple su condena. Hace tiempo que aprovecha la cárcel y  su condición de presidiario para proyectar su imagen. Hábilmente busca dividir al movimiento Fuerza Popular, de su hija Keiko, y proyectar, como contrapartida,  la figura de su hijo Kenji. Según un cercano colaborador del ex presidente,  a Keiko la tilda de perdedora y la compara con Lourdes Flores, exigiéndole que se retire. 

Fujimori sabe que su indulto humanitario no es posible, y que su gran oportunidad es luchar políticamente desde la prisión. Desde allí fomenta el mito del  héroe popular injustamente encarcelado y pretende así ser el Nelson Mandela peruano al adoptar una  pose de sacrificado preso político. 

Dividir a sus adversarios es la clave de su supervivencia política. Ahora promueve la formación de un nuevo partido que sirva como plataforma para que su obediente hijo Kenji presente su candidatura a la Presidencia de la República. Fujimori, lo hemos visto, puede convertir los fuegos artificiales en efectivos cañonazos políticos. Fuera de la prisión solo sería un líder vencido y prisionero políticamente del gobierno que lo perdonó.  

Algunos analistas presentan su indulto como la fórmula para lograr la gobernabilidad, pero ese argumento cae por su propio peso porque Fujimori demuestra ser por naturaleza un aspirante pugnaz y permanente al poder; y para conseguirlo es capaz hasta de enfrentar a sus hijos. Además, Fuerza Popular de Keiko, en caso de pactar con PPK, tendría que cambiar su rol opositor para convertirse en aliado soterrado de un gobierno débil y  sin horizonte. Eso, en el criterio de Fujimori, reduciría las proyectadas posibilidades electorales de Kenji hacia el 2021.

¿Qué quiere Fujimori en los últimos años de su vida? Mantener su poder a como dé lugar, incluso a costa de renunciar a su libertad. Prefiere eso en vez de convertirse  en un abuelo bonachón sentado en su casa y en libertad. A cada rato muestra que  su obstinación en seguir influyendo políticamente en el país; y su sueño es tener un entierro multitudinario, y ser recordado en los libros de historia como un peruano ilustre y el mejor presidente de la República. ¿Será el sueño de Fujimori una realidad?

Tino Santander Joo

Tino Santander
09 de mayo del 2017

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