Tino Santander
El presente griego aprista
Sobre la ofensiva política contra Pedro Pablo Kuczynski
La estrategia aprista de demolición de la candidatura de PPK ha sido diseñada para demostrar que es un candidato que miente (por lo de su pasaporte norteamericano) y es inestable políticamente (repentinamente cambia las prioridades del plan de gobierno).
Carlos Bruce, líder de la lucha por los derechos civiles, anunció el domingo pasado su incorporación al equipo de PPK. Bruce fue recibido por PPK en San Juan de Lurigancho, resaltando sus cualidades de técnico y el aporte que daría al partido su incorporación. PPK, generosamente, ha olvidado que, cuando Bruce era un fanático toledista, lo llamó “mentiroso, insensible y le dijo además que padecía Alzheimer”.
Meses atrás, Bruce coqueteaba con Alan García, hasta que “decidió” ir con PPK “porque PPK está mejor preparado que García”. La respuesta de Mauricio Mulder fue: “Bruce en el Apra tenía que competir, con PPK solo son dos”. El Apra sabe que Bruce encarna la comunidad homosexual peruana y que la “unión civil” es rechazada por más del 80% de peruanos lamentablemente.
El Apra empujó a Bruce a las filas de PPK. Primero para no pelear con el pueblo católico y evangélico, mayoritariamente en contra de la “unión civil”. El Apra busca enfrentar a PPK con la mayoría silenciosa católica y evangélica etiquetándolo con la agenda de la comunidad homosexual peruana.
Esta campaña de demolición ya está en marcha en todo el Perú. Mientras Bruce anuncia que la unión civil “es prioritaria en el plan de gobierno de PPK”. Se ha iniciado así una campaña homofóbica que reproducen los congresistas toledistas: “NO A PPK”. “NO A SODOMA Y GOMORRA”. “NO A LOS PPKABROS.
PPK organizó un partido popular que represente a los 10 millones de peruanos sin agua, al 82% de agricultores sin crédito, a los 500 mil mineros informales, a los pequeños y medianos empresarios acosados por la Sunat. Plantea hacer carreteras, caminos rurales, puentes, etc. Y ahora tiene el reto de explicar que la “unión civil es un tema más”, para no confundir a los electores.
La estrategia del aprismo es llevar a sus rivales a terrenos en los que nadie lo vence. Son especialistas demoliendo candidatos, creando frases, adjetivos, etiquetando al rival con temas controversiales. Lo hicieron con Lourdes Flores (“la candidata de los ricos”). Ahora PPK es el “candidato yanqui del matrimonio gay”. El objetivo es que perciban a PPK como mentiroso y contrario a los valores cristianos.
Algunos medios y analistas señalan que existe un “elenco estable del sistema”. Las encuestas que contratan señalan en los tres primeros lugares a Keiko, PPK y García. El Apra sabe que solo hay aspirantes, deseos, movilizaciones de precampaña, y que el escenario está abierto a cualquier posibilidad política. El Apra primero demuele y luego organiza la campaña.
Sin embargo, existe otro país alejado de los políticos. Los partidos están preocupados en “jalar” figurones y figuritas para el 2016 y posicionarse como organizaciones democráticas. Algunos creen que el marketing electoral los llevara al poder. Se equivocan. El pueblo quiere un gobernante que transforme el país no un administrador de miserias.
La indignación popular crece. Los peruanos no confían en nadie. Ven a los políticos alejados de sus intereses y corrompidos. Los reciben, se toman fotos, caminan con ellos, y si pueden conseguir algo no tendrán rubores en tomar regalos, donaciones, polos, gorros. Pero no tendrán adhesión porque sienten que siempre los engañan.
De tanta farsa el cántaro podría romperse y volverían la violencia política, el militarismo ramplón, el populismo conservador. Nos convertiremos en el país que sueña Marco Arana, de campesinos y pastores pobres.
Por Tino Santander Joo
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