Carlos Adrianzén

El mini rebote en curso

En medio del auge de la corrupción burocrática

El mini rebote en curso
Carlos Adrianzén
31 de enero del 2024


Lo peor de los cambios sustantivos es que rara vez nos damos cuenta de que ahora todo es distinto. En plazas sumergidas de Latinoamérica –otrora emergentes– esta observación se observa con apabullante regularidad. Casi nadie lo nota. Ni en Brasilia, ni en el Distrito Federal, ni en Bogotá y mucho menos en Lima. Es pues útil que enfoquemos que, después de la quiebra de Lehman Brothers y la pandemia china, todo cambió gradualmente en nuestro país. 

Desde la oscura elección con sospechas de financiamiento chavista el 2011, el Perú transitó hacia la izquierda. Hacia el socialismo-mercantilista. Ergo, a crecientes niveles de regulación, escala del gasto estatal o intervención burocrática en la vida de las personas. Nótese que este tránsito se registró tanto en planos políticos (los más dañinos) cuanto económicos.

Desde aquellos tiempos, la izquierda local y su prensa siguen repitiendo que aún se respeta un modelo liberal. Esto, mientras implementa desde el Ejecutivo y el Legislativo la trasnochada receta de la izquierda latinoamericana. Inflar el aparato estatal y tratar de controlarlo todo, hasta el ridículo.

Se den cuenta los presidentes o no, la fórmula que siguieron -o siguen- tiene un núcleo: mutar la cultura de los peruanos desde valores judeo-cristianos a medias hacia valores neomarxistas. Nuestra informalidad y baja reputación institucional actual no son casuales. Solo manifiestan el tozudo trabajo de los asesores de izquierda que los rodean. 

Hoy estas labores no solo se reflejan en un observador desaprensivo llamaría la captura de la superestructura (burocracia, academia, iglesias, gremios, et al), sino que se reflejan en una Gobernanza Estatal con severamente deteriorados niveles de cumplimiento de la ley; corrupción burocrática; tolerancia solo a cierto tipo ideológico de violencia y de participación ciudadana, así como de pobrísimas regulación y efectividad burocráticas.

Gracias a esto, el Perú del 2024 es distinto del de 1990 o 1960. No solo estamos estancados, la inversión privada ha colapsado y estamos luchando por recuperar la estabilidad nominal, la reputación de la plaza ya es otra. Hiede. El año pasado se retrocedió veinte puestos en el Ranking de Corrupción Burocrática –según Transparencia Internacional–. Su peor caída en 14 años. 

El primer gráfico aquí no deja márgenes para la especulación. Contrasta dos cosas. Bajo dos mediciones alternativas –la del Banco Mundial y la de Transparencia Internacional– es fácil descubrir que el gobierno peruano más corrupto siempre es el último (ver subgrafo de la izquierda). Y nos grafica también que –con instituciones estatales prostituidas (o prácticas de gobernanza neomarxistas)-- cuanto mayor es el tamaño del botín, mayor resulta la corrupción burocrática local (ver subgrafo de la derecha). Los izquierdistas en el poder no inflan, pues, el gasto estatal y deterioran instituciones por mera casualidad o ineptitud.

El segundo gráfico complementa la figura. La idea de tratar de reactivar la economía en base a inflar el gasto estatal carece de lógica. Respira ideología. Es una práctica ilusa el que se gaste agresivamente con niveles de corrupción e inefectividad burocrática escandalosos (ver Gráfico B). Algo parecido a desperdiciar recursos, y en plena recesión.

Lo registrado en el siguiente gráfico descubre el núcleo común de los últimos gobiernos de la izquierda peruana: han buscado inflar la presión tributaria y quebrar la disciplina fiscal cuánto pudieron. De hecho, recientemente calificadoras serias, como Moody’s, ven con preocupación el incumplimiento de la meta de déficit fiscal el año pasado; mientras, cualquier análisis del inflado Presupuesto General de la República para este año, no ayuda a disipar las inquietudes.

La señora Dina desea prepotentemente gastar por nosotros. El detalle aquí lo pone el bajo nivel de integridad del aparato estatal peruano en estos tiempos (ver Gráfico C).

Ponderando los antecedentes, el éxito mediato de sus planes de reactivación, basados en mayor gasto estatal a rajatabla, es más que dudoso. La Economía persiste estancada, subsiste no invirtiendo al ritmo recomendable (35+ % del PBI) e incluso, las rentas por habitante (en dólares constantes) extraídas por el uso de sus recursos naturales, se han desplomado a la mitad.

Pero esto no es todo. En los últimos años hemos crecido cada vez menos hasta caer en una recesión, se ha enervado la incidencia de pobreza e incluso se ha deteriorado significativamente la distribución del ingreso (ver subgrafo de la derecha). Un tremendo fracaso macroeconómico. Un resultado usual en todas las naciones latinoamericanas que apostaron por transitar hacia la izquierda en la última década.

Hoy, aún con las noticias recientes sobre una combinación mayor déficit fiscal y creciente corrupción burocrática, muchos sueñan con un mágico rebote (ver subgrafo de la derecha, donde se dibuja una inocente proyección polinómica lineal). 

Note en primer lugar, antes de entusiasmarse que aún bajo esta inocente proyección, el rebote completo tomaría años. En segundo lugar, recuerde la reflexión del inicio de estas líneas. Ha habido un cambio institucional sustantivo hacia mucha menos libertad económica y política. Sin su plena reversión, resultaría iluso esperar un rebote como los de inicios de este siglo. Recuerde la mayor opresión siempre implica mucho menor crecimiento y acumulación y también mucho mayores pobreza y corrupción burocrática. 

Lamento recordarle pues que, sin cambios sustantivos hacia menor opresión, el rebote, si acaso se da, sería magro. Todo es distinto ahora. Han hecho mucho daño.

Carlos Adrianzén
31 de enero del 2024

NOTICIAS RELACIONADAS >

Los contrabandos de la izquierda tributaria limeña

Columnas

Los contrabandos de la izquierda tributaria limeña

  Es difícil imaginarlo, pero hagamos el esfuerzo. Imag&i...

01 de mayo
La salida previsional hoy

Columnas

La salida previsional hoy

El drama previsional peruano es, sobre todo, eso: un suceso de la vida...

23 de abril
¿Una fiesta inolvidable?

Columnas

¿Una fiesta inolvidable?

Ya estamos en los previos. La fiesta se iniciaría en pocos d&ia...

17 de abril

COMENTARIOS