Tino Santander
El fracaso de las elites
En las regiones del interior reinan el caos y la fragmentación.
El Perú es un país ingobernable. La crisis de los partidos políticos y el descrédito del Congreso, el Poder Judicial y los gobiernos de turno son verdades de Perogrullo. La democracia peruana se desmorona lentamente.
Tener confianza en la política es una alucinación. Las elecciones presidenciales del 2016 serán una guerra de todos contra todos por el poder. Es imposible pensar que el debate programático se imponga a los mensajes del marketing y publicidad electoral. Será el reino de los asesores y de los partidos franquicia al estilo Kentucky Fried Chicken (KFC) ofreciendo políticos improvisados y subastando puestos parlamentarios.
En las regiones reinan el caos y la fragmentación. Movimientos regionales dudosamente financiados gobiernan gran parte del país. Los peruanos desconfían y se indignan, pero los eligen. ¿Qué pasa en el subconsciente popular para tener una vocación suicida?
Ensayemos una respuesta: La diversidad étnica, cultural, económica y social nos impide reconocernos como nación, y tenemos múltiples visiones del significado de ser peruanos y de democracia. El Perú es una realidad administrativa heterogénea, un archipiélago de países con diferentes formas de pensar, sentir y actuar. El himno, la bandera y los mitos nacionalistas son rituales domingueros de las plazas de armas de los pueblos.
La extrema pobreza en que vive el 30% de peruanos sin agua ni desagüe es una dramática realidad. No hay dignidad sin esos servicios básicos. Los peruanos sin agua pagan S/10 soles por cilindro de agua y en pésimas condiciones. ¿Qué significa la democracia para ellos?
¿Qué significa ser peruanos para los puneños de Juliaca, que solo tiene agua dos horas diarias y sin embargo todo el sistema financiero oficial capta el dinero del contrabando y la minería ilegal? ¿Qué clase de peruanos son los charapas que aporten sus recursos naturales y tiene 83% de desnutrición crónica infantil?
¿Son peruanos los ciudadanos de miles centros poblados que no tienen carreteras, colegios, postas de salud, seguridad? ¿Les importa la democracia, el Congreso, la candidatura de tal o cual político? Solo ven y escuchan casos de corrupción, fechorías, asesinatos, frases y actitudes racistas, impunidad. ¿Estos peruanos estarán dispuestos a defender la democracia de los políticos y gremios empresariales?
¿Qué hacen los políticos de los diversos Perú? Crean organizaciones ad hoc para primero buscar reconocimiento político, social y económico. Representan -ante la ausencia de los partidos- los temores y demandas de los pueblos. Luchan por carreteras, precios agrarios, el medio ambiente, etc. Muchas veces con plataformas confusas, delirantes y violentas.
La demanda de los pueblos es canalizada por estas dirigencias que han cambiado la lucha de clases por el ecologismo oenegero que los financia para luchar contra la minería que es fundamental para combatir la pobreza. La mayoría de los dirigentes son honestos, pero, los lentejeros desvirtúan sus demandas. Son una realidad política producto de la ausencia de las elites nacionales.
No son los huaraqueros y lentejeros de la ONG “Tierra y Libertad” los culpables del fracaso de la democracia peruana. Son los partidos políticos, los gremios empresariales, los intelectuales, la academia -si existe-, por estar al margen del Perú y sus problemas. Es tiempo de cambiar.
Por Tino Santander Joo
19 - May - 2015
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