Antero Flores-Araoz

Don Pésimo en la cancha

A pesar de sus problemas, el país sigue creciendo

Don Pésimo en la cancha
Antero Flores-Araoz
15 de abril del 2025


Parece que los peruanos nos hemos contagiado, o por lo menos influenciado, de ese viejo y emblemático personaje, que permanentemente hacía ácidos comentarios y para quien todo lo que sucedía o acontecía era malo. Nos referimos, por cierto, al popular Don Pésimo. Bueno pues parecería que en estos tiempos en que vivimos, Don Pésimo ha vuelto a la cancha, ha resucitado y ha influido tanto en nuestra sociedad que para muchísimas personas todo lo que pasa es malo y no hay nada bueno, ni siquiera aceptable.

Ver todo con los ojos de Don Pésimo, valga la redundancia, es pésimo, pues es contagiante y afecta a nuestra comunidad, la cual observa el futuro negativamente sin ninguna luz de esperanza. Entendemos el estado de ánimo de los émulos de Don Pésimo, pues los actuales sucesos y lo acontecido en estos últimos años, de halagüeño no tiene nada.

Comencemos por los últimos años en que por la candorosidad de Pedro Pablo Kuczynski con sus “puertas giratorias” se vio obligado a renunciar a la Presidencia de la República, siendo sucedido por Martin Vizcarra –dicho de paso, de quien nadie quiere acordarse–, que llegó a su plancha presidencial con más “anticuchos” que doña Grimanesa, y ello porque no fue investigado como debió serlo. A lo reseñado se agrega el muy negativo manejo de la pandemia de covid por el Gobierno presidido por Vizcarra, con el resultado de haber tenido proporcionalmente más fallecidos y contagiados que cualquier otro país, sin oxígeno y con deficiencias sospechosas, por decir lo menos.

También el famoso e indebido cierre del Congreso de aquella época por obra de Vizcarra, quien luego fue expulsado de la Presidencia de la República, siendo sucedido por el presidente del Congreso, Manuel Merino. Contra la administración de Merino gran parte de la prensa y ciudadanos –influenciados también por Vizcarra, Guzmán y Sagasti, entre otros personajes de triste recordación–, permitieron y estimularon violentas protestas callejeras que obligaron a Manuel Merino y a su gabinete ministerial a renunciar, para evitar derramamientos de sangre.

A Merino lo abandonaron a su suerte hasta sus compañeros de partido en el Parlamento Nacional, que como corolario eligió nuevo presidente del Congreso a Francisco Sagasti, quien lejos de poner orden mandó al retiro a los principales mandos policiales, en un hecho inaudito. La también insatisfactoria conducción gubernamental de Sagasti llevó a que en las elecciones convocadas para el 2021, saliese triunfante el profesor –quizás de ciencias ocultas– Pedro Castillo, rodeado por lo general de impresentables ministros –con algunas excepciones– quien antes de terminar su mandato realizó un golpe de Estado, aunque nadie le hizo caso ni obedeció, siendo sucedido por la señora Boluarte, que entre defectos y algunos aciertos debe terminar su período gubernamental.

Encima de todo ello dos ex presidentes de la República confinados en establecimiento penal y algunos otros en víspera de acompañarlos. Eso es lo que tienen en la memoria y mente los ciudadanos comunes y corrientes, a los que también angustia el futuro, pues para las próximas elecciones, ya hay tantos pretendientes que esto parecería un circo.

Como vemos hay razones para la resurrección de Don Pésimo. Pero también, como en toda moneda hay dos caras, tenemos que señalar que hay cosas buenas, que pese a todo lo descrito el país sigue creciendo, aunque no a los guarismos deseados, que desde otros países nos ven con simpatía para la recepción de inversión extranjera, que el puerto de Chancay nos abre la posibilidad de convertirse en un hub o núcleo para operaciones empresariales con demanda laboral considerable. También nuestra agricultura y agroindustria crece, las exportaciones de frutas y otros productos agrícolas va en aumento, tenemos en cartera diversidad de proyectos mineros y también energéticos y, nuestro país, en breves años, si es bien conducido y sin violencias, se convertirá en importante polo de desarrollo.

Somos un país con tres regiones naturales marcadas, cada una con sus potencialidades, una cordillera de los Andes con tres ramales, conteniendo riqueza minera metálica y no metálica de espectacular potencial. Tenemos en costa, sierra y selva, importantes posibilidades turísticas, incluyendo la muestra de un pasado singular, sea pre inca, inca, virreinal y republicano, que muy pocos otros países lo tienen. Nuestra culinaria está siendo reconocida en el mundo entero y nuestra oferta cultural y artística es invaluable.

Hay razones para emular a Don Pésimo, sin duda alguna. Pero más razones hay para ser optimistas y ver un  futuro promisorio, como lo quiere la mayoría de nuestros laboriosos y emprendedores  compatriotas, que quieren un Perú mejor para ellos, sus hijos y sus nietos. ¡Sí se puede!

Antero Flores-Araoz
15 de abril del 2025

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