Sergio Alva
¿De verdad la vacancia es el camino?
Quien sucedería a Boluarte es alguien demasiado ligado a la minería informal
Todos estamos de acuerdo en que el país está pasando por una de las crisis más dramáticas y vergonzosas de las últimas gestiones. Cada vez es más evidente que este gobierno no funciona y que trabaja para intereses personales y beneficios propios, en lugar de hacer los mejores esfuerzos para sacar al país del hoyo en el que estamos metidos.
Las matemáticas son simples. Dina Boluarte ha demostrado que aquel que llega al poder solo lo hace bajo una sola premisa: empoderarse y beneficiarse a sí mismo y sus allegados. Las pruebas están en la mesa: el caso de Nicanor Boluarte y ahora las últimas declaraciones del exprimer ministro Alberto Otárola, sobre las cirugías plásticas de la presidenta son algunos de los hechos que embarran una vez más a la gestión perulibrista.
Sin embargo, es necesario entender que la vacancia presidencial no es el camino para salir de esta crisis. Más aún porque quien la sucedería es un personaje muy ligado a la minería informal, y muy cercano a nada más y nada menos que César Acuña Peralta. La vacancia no es la vía, principalmente porque lo que viene a continuación de eso no es nada más que el alargue sistemático de esta pandemia política que vivimos, y se convertirá en una lección no aprendida, como todos los graves errores políticos cometidos en los últimos años.
A todo esto hay una pregunta fuerte y que debe hacernos reflexionar. ¿Nos hemos dado cuenta de que toda esta crisis se ha dado por votar por lo que muchos han denominado “el mal menor”? El empoderamiento caviar se ha basado en ese básico argumento: poner a cualquiera antes que a Keiko Fujimori. Y todos los elegidos, absolutamente todos, han significado un peldaño hacia abajo en la miserable crisis en la que nos estamos hundiendo cada vez más. Pasó con Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti, Castillo y ahora Dina Boluarte. Sí, Dina; porque por más que quieran negarlo y librarse de culpas, fueron ellos que la pusieron en donde está, y ahora todos los peruanos pagamos sus necedades.
La verdadera solución somos nosotros mismos, los electores que nos debemos alistar desde ya para ir a votar en el 2026. La oferta de candidatos es amplia aún y se espera que llegue a más; sin embargo, nosotros debemos apelar a las correctas convicciones para elegir a la mejor opción. Y para ello lo único que debemos hacer es informarnos correctamente y no dejar que la caviarada nos meta ideas que a lo largo de la historia se ha demostrado que no sirven para la realidad de nuestra nación.
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