Sergio Alva

Ya no debemos votar por el mal menor

¿Queremos seguir en lo mismo?

Ya no debemos votar por el mal menor
Sergio Alva
28 de mayo del 2025


Parece mucho, pero en realidad no lo es. Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y ya se están formando los cuadros clave para una contienda que puede —o no— definir el futuro del país, en medio de esta larga crisis social y política que venimos arrastrando desde hace años.

Bajo esa premisa, es necesario entender que las elecciones pasadas debieron marcar un punto de quiebre. Era el momento para que los candidatos de derecha tomaran impulso y le plantaran cara a los sectores progresistas, que han logrado copar las esferas más altas del poder y sumir al Perú en el caos que hoy enfrentamos.

Desde Toledo en adelante —con la excepción de Alan García—, el Perú ha sido gobernado por figuras que prometieron enfrentar los grandes problemas del país, pero terminaron siendo parte de ellos. Hoy Toledo y Humala están presos por casos de corrupción, el principal cáncer de nuestra política. Fueron presentados como la esperanza de una nación en declive, pero acabaron convertidos en una decepción más.

A esto hay que sumar a PPK, con prisión domiciliaria, y a Martín Vizcarra, quien, a mi parecer, ha sido el político más nefasto de los últimos tiempos. Ambos están fuertemente cuestionados y ligados a redes de corrupción y manejo oscuro del poder. El caso de Vizcarra es aún más grave. No solo incurrió en corrupción, sino que también quebrantó la confianza de millones de peruanos en plena emergencia global. Traicionó al país y, aun así, hoy busca volver a la presidencia bajo un discurso populista y plagado de mentiras.

Tampoco podemos olvidar al gobierno de transición de Francisco Sagasti, quien de manera indirecta también busca llegar al poder. No olvidamos la implantación forzada de ideologías progresistas mal diseñadas para un país que respeta sus valores, ni las muertes ocurridas durante el paro agrario en su gestión, que los grandes medios han decidido ignorar.

La constante en todos estos gobiernos es clara: todos llegaron con discursos de esperanza y terminaron siendo parte del problema. Pero más allá de sus promesas vacías, comparten algo más preocupante: todos siguieron un modelo progresista, impulsando agendas ideológicas que han fracasado en la práctica. Muchos de estos políticos llegaron al poder solo por el odio y resentimiento hacia el fujimorismo. Pero esa es otra historia.

Lo cierto es que todos estos gobiernos han ignorado la verdadera identidad nacional e intentado copiar modelos socialistas que han fracasado una y otra vez. El progresismo aplicado en estas gestiones ha sido absurdo, un sinsentido para la realidad peruana. La pregunta es: ¿de verdad queremos que esto continúe? Es hora de que los peruanos despertemos y dejemos atrás la absurda narrativa del “mal menor”. Basta de resignación. Necesitamos actuar con convicción y patriotismo, votar no por lo menos malo, sino por la mejor opción.

Si estamos cansados de los malos políticos y de esta crisis sin fin, empecemos el cambio desde nosotros mismos. Elijamos al mejor perfil, a quien proponga una idea de país viable y coherente con nuestra realidad. No al que vende promesas huecas e inviables. Pensemos en el futuro. Pensemos en lo que valoramos. Pensemos en nosotros. Pensemos en el Perú.

Sergio Alva
28 de mayo del 2025

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