Eduardo Zapata

De Mil Oficios a Esto Es Guerra

La televisión y sus modelos sociales que desvalorizan el trabajo

De Mil Oficios a Esto Es Guerra
Eduardo Zapata
23 de noviembre del 2023


El eclipse de los organizados sindicatos de trabajadores, que se dio allá en los años noventas, dispersó a la fuerza laboral y le hizo perder poder como colectivo. Así como el golpe del señor Fujimori fue posible porque la llamada institucionalidad democrática era más una puesta en escena que una realidad política sólida, también la indisolubilidad de clase reclamada por los sindicatos lo era fundamentalmente para realizar marchas o paros en defensa de intereses dirigenciales; no ajenos tampoco –y lo sabemos– a intereses de los grandes poderes económicos.

Ciertamente de no haber sido esto así ´el pueblo unido´ no hubiese terminado por apoyar al señor Fujimori. Con realismo, el gobernante percibió las debilidades de los grupos sociales y la fortaleza del poder ante situaciones límites. Como aquella situación que atravesaba el país particularmente en la década de los ochenta.

Pero fue en el mundo del espectáculo televisivo donde la nueva realidad a la que se advenía se hizo más que notoria. Apareció con éxito el programa ´Mil Oficios´, una suerte de elegía al peruano que, al carecer de gremio, debía ´buscársela como pudiese´. A la par aparecieron en pantalla lo peor de los llamados cómicos ambulantes, alejados ya de los guiones populares que los hacían atraer auditorios en las plazas; los nuevos guiones eran obviamente digitados.

Y el mundo de nuestro espectáculo televisivo no ha variado mucho. Hay por allí la novedad de un siniestro y dorado nuevo millonario que se adueña de cuanta causa ´noble´ exista. Y lógicamente hay programas de espectáculos que podríamos llamar rutinarios e ´inocentes´.

Pero bien miradas las cosas –y lo reconoce la propia OCDE– no bastan los niveles de escolaridad formal para definir el capital humano de un pueblo; menos, por supuesto, cuando este tiene universidades como cancha y falsificaciones al por mayor. Pues ese capital humano se forma también y fundamentalmente por los aprendizajes que las personas van haciendo a lo largo de su vida. Y allí está la centralidad ´formativa´ que brota de la televisión.

Se discute siempre si la televisión es reflejo de la sociedad que la alberga o si –más bien– contribuye a configurarla. Y resulta más que simbólico que al éxito de ‘Mil Oficios’ le hayan seguido ya por largos años exitosos programas como ‘Esto Es Guerra’ o similares. A la ´viveza criolla´ se le ha coloreado con patterns o modelos sociales que también cumplen la función de propiciar de todo menos el trabajo.

Creo que no hace falta esperar los resultados de las pruebas censales escolares que realiza el Minedu. Menos esperar lo que nos diga la sacrosanta prueba PISA. Basta con observar la violencia que va signando la sociedad peruana y los atajos que se toman para asumir posiciones de dominio y de poder político y económico para darnos cuenta de que una mal planteada escuela va perdiendo terreno ante la perpetuidad de cómo sacarle la vuelta a la ley, o cómo fingir belleza y tontería para obtener resultados.

Rogaría a quien haya leído esto que lo tome no como una crítica apocalíptica, sino como un llamado a la reflexión. El capital humano se construye.

Eduardo Zapata
23 de noviembre del 2023

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