Eduardo Zapata

¡Danger, Mr. Trump!

Salud, tramitología y corrupción

¡Danger, Mr. Trump!
Eduardo Zapata
26 de junio del 2019

 

Utilizando el fluido y original inglés del dictador llanero, podríamos utilizar esta expresión, pero no para reírnos de sus habituales amenazas sino a una que nos afecta a nosotros. Escucho a cada instante, en la orquestada industria mediática, que se dan medidas para “destrabar” y agilizar no solo los mandiles, sino —en serio— bienes y servicios que se habían vuelto engorrosos de importar por la legislación tramitológica muy ilógica. Y si eso estuviese ocurriendo, me parecería una medida muy acertada del Gobierno.

Sin embargo, una experiencia propia me hace dudar de este otro ´logro´ vizcarrino. Ocurre que desde hace años una amiga importa —vía internet— unas bolsas urinarias (denominadas leg bags) ajustadas al muslo. Bolsas que un pariente tiene que usar de por vida. No se trata de medicina alguna, sino de una vulgar y analógica “bolsa de desperdicios”. Que en ningún momento es invasiva, pues no entra en contacto con el cuerpo humano. Es un apéndice externo cambiable cada quince días de una sonda urinaria, la cual sí es invasiva, pues ingresa al cuerpo.

Esas bolsas las vendían aquí también. Pero han desaparecido de nuestro “neoliberal” mercado. Ahora solo se encuentran otras bolsas urinarias que, por la extensión de su tubo conductor, podrían ser leg bag para un gigante. Lo ´simpático´ es que cuestan el doble. Y son, por añadidura, incómodas para los usuarios. Sin entrar a especular si se trata de una concertación para solo vendernos algo que cuesta el doble. Y las que nuestra amiga importaba eran, además, muy superiores a las chinas que por años se ofrecían en boticas locales. Eran de fabricación norteamericana.

Pero aquí la apelación chavista a nuestro Mr. Trump de Moquegua. Ahora solo se pueden importar llenando un formulario firmado por un urólogo, indicando hasta tiempo de duración del tratamiento (?), pues sin ese papelito la aduana no las libera. El formulario de marras está “pensado” para medicinas (imagino) pues piden laboratorio, tiempo de uso (como se dijo), entre otros requisitos “médicos”. Con lo cual mi amiga —que ya había hecho su importación rutinaria— recibió de la aduana la “noticia” de que no podía internar “tan peligroso producto”, riesgoso para la salud, sin ese certificado. Tendría que ir al médico para que le autorice a importar, cada vez, lo que equivale a unas bolsas de desperdicios ajenas al contacto con el cuerpo humano.

 Ahora las ha devuelto a EE.UU. Su paciente urgido ha quedado sin bolsas, con la incomodidad que le acarrea. Debe pagar el doble en este mercado farmacéutico libérrimo y pirata, y está en veremos si en EE.UU. le aceptan reponerle el dinero de la compra ya pagada.

Vuelvo a repetir. Sin tratar de pensar mal, de que se trata de una medida para obligar a los usuarios a pagar el doble por un producto inferior de origen oriental, cabe la pregunta de si estas “mentes brillantes preocupadas por la calidad de lo importado” no lo han extendido a otros rubros/productos y sectores.

Aquí no se trata de la ya manida expresión y realidad —que es completamente cierta— de que aquí pagamos mucho más por las medicinas que en otros países. Esta no es una medicina, sino un producto hasta ayer de libre importación —sin autorización médica, porque es innecesaria— sino de un producto cuya importación directa han hecho engorrosa la burocracia, la tramitología y tal vez las concertaciones de precios.

Tal vez mañana para pedir un libro necesitemos una autorización de un “consultor especializado” inscrito en algún registro autorizado; o una autorización de la propia Biblioteca Nacional. Vamos. Un poco de sentido común, menos trámites de verdad y ciudadanos capaces de ejercer derechos mínimos sin requerir de tutelajes innecesarios del eficiente Estado.

¡Danger, Mr. Vizcarra! No vaya a ser otro caso de corrupción contra la cual usted tan seriamente combate. Aduanas o Salud están cometiendo una estupidez (en el mejor de los casos). ¿Destrabando el flujo de dinero y empoderando al ciudadano?

 

Eduardo Zapata
26 de junio del 2019

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