Cultura de empresa

Alfonso Bustamante Canny, presidente de la Confiep, escribió el 21 de junio en el diario Peru21 un artículo que da en el blanco y prosigue la orientación que deben seguir los gremios empresariales. Ese es el espíritu que debe regir. Mientras la izquierda procura cerrar minas y Antauro Humala se moviliza por donde puede crear seguidores del caos, Bustamante Canny nos señala el buen derrotero para el Perú. 

En lo particular, asumo que ese es el camino que debe seguir el gremio empresarial: desde identificar los proyectos de ley gravosos para la inversión, explicarle a la gente las bondades de la inversión, promoviendo estudios de desarrollo, enseñando a elaborar planes de negocios, vinculándose a los derechos humanos (conquista liberal) desde el lado correcto, hasta la promoción de la cultura de la libre empresa por todos los medios a través de los cuales pueda llegar a la gente. Pensar en un think tank como órgano de línea de la Confiep debería ser una propuesta a tomar en cuenta. La izquierda ha fecundado oenegés para culturizar desde su manipulada perspectiva. 

Escribe con toda razón Bustamante Canny: “En los últimos años hemos observado cómo las oenegés de tendencia radical captan fondos de la comunidad internacional para financiar una agenda política de desestabilización del sistema productivo nacional. Hacen mal uso de los fondos, utilizando la fachada de defensa de los derechos humanos y del medio ambiente para realizar campañas políticas antiempresa y fomentar la violencia para capturar espacios políticos populistas”. 

No suelo comentar columnas, pero esta es trascendente porque es el foco que el Perú necesita de cara a un tiempo en el que los izquierdistas radicales podrían ganar una elección y el país desmoronarse al abismo. 

Cito a Bustamante Canny: “Es que algunas oenegés han encontrado la forma de lucrar del poblador vulnerable, responsabilizando a la empresa privada de su pobreza, fomentando así una ideología radical (…) Bienvenida la cooperación internacional que promueva la democracia, la libertad y que contribuyan al cierre de brechas. Sin embargo, la integridad de la ayuda internacional depende de la responsabilidad compartida entre donantes y receptores. Solo a través de una vigilancia rigurosa y la implementación de mecanismos de transparencia se puede asegurar que los recursos destinados a ayudar a los más necesitados no sean malversados para fines políticos extremistas”.

En una sociedad donde los radicales de izquierda siembran mentiras, hace falta un centro de pensamiento empresarial que tenga el liderazgo y que le diga a la gente que cuando una persona invierte, crea empleo y cuando crea empleo crea consumo y nuevas inversiones y, finalmente, crecimiento. Es solo así que el desarrollo se produce.