Javier Agreda

Cuatro propuestas de Henry James

Cuatro propuestas de Henry James
Javier Agreda
06 de febrero del 2015

Sobre los postulados literarios del notable novelista estadounidense. 

El escritor norteamericano Henry James (Nueva York, 1843 – Londres, 1916) es considerado con justicia como uno de los fundadores de la novela moderna, tanto por sus obras como por sus valiosas reflexiones sobre la narrativa literaria. Varios aspectos específicos de este arte fueron abordados por James, y sus opiniones al respecto se han vuelto, con el paso del tiempo, verdaderos postulados literarios. Básicamente las propuestas de James se pueden resumir en cuatro puntos esenciales. 

El punto de vista 

En toda novela la realidad es presentada a través de un personaje, el protagonista, que nos la muestra desde su propio punto de vista. Este personaje es la “conciencia central” del relato; y de sus emociones e ideología dependen tanto sus acciones como las de los demás personajes, toda la “vida” representada en la novela. Desde James hasta Vargas Llosa, la elección del “punto de vista” desde el cual será narrada la novela es una de las decisiones más importantes para todo escritor. James tenía ciertas preferencias respecto a esa conciencia central (que sea “altamente responsable” y “agudamente consciente”), pero autores como Faulkner y Joyce nos han demostrado que eso en realidad no es necesario. Basta leer El sonido y la furia, para comprobarlo. 

La calidad de la prosa 

Otro aspecto sumamente importante dentro de la novela era el propio lenguaje. En general, las obras de James se caracterizan por una sintaxis compleja, con oraciones extensas, y un léxico empleado con la mayor rigurosidad. Su propósito era, con este lenguaje, producir un cierto “gozo” estético en el lector. “Aunque a los ojos del naturalismo el goce es un sentimiento frívolo, superficial y despreciable, resulta difícil expresar adecuadamente mediante otro término el entretenimiento del lector”, respondía cuando lo cuestionaban al respecto. James solía comparar al novelista con el pintor, pues si el pintor debe manejar con destreza sus materiales (colores, pinceles, telas, etc.), así también el novelista debería manejar con eficiencia su material único y exclusivo: el lenguaje. 

La composición 

Para James este era el elemento más difícil de manejar, pues no se trata de que en una novela simplemente se vayan “yuxtaponiendo” sucesos y personaje, sino de estructurarlos y organizarlos de acuerdo a algún propósito. Para explicar el arte de la composición, James solía recurrir también al símil con las artes plásticas. La novela sería así un “cuadro” en el que solamente deben figurar los elementos imprescindibles, buscando la mayor “economía de efectos”. Como ejemplo supremo de composición, James proponía la novela Papá Goriot de Balzac; un autor al que, por otra parte, criticaba por su “pedantería, pesadez, presunción y mal gusto”. 

El tiempo 

Había en James una gran preocupación por el elemento temporal, por la duración del asunto que se está narrando. Para él era un recurso inferior expresar la cantidad de tiempo mediante la mera extensión del texto: “la calidad y el modo del relato dan mejor cuenta de esa duración”. El descuido del novelista al manejar este elemento produce “la procesión tediosa de detalles supuestamente narrativos, vistos todos de perfil, como los terminales de una cerca”. Sobre la importancia de este tema, James solía decir que “si no se logra dar cuenta del tiempo con eficiencia, nada más queda realmente explicado”. 

Por Javier Ágreda
06 - Feb - 2015

Javier Agreda
06 de febrero del 2015

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