Eduardo Zapata

Cambio valiente

La nueva propuesta de educación proveniente de Japón

Cambio valiente
Eduardo Zapata
03 de febrero del 2021


Japón acaba de aprobar un plan piloto que revoluciona su sistema educativo y que tendrá repercusiones sociales, políticas y culturales. Y vale destacar el carácter innovador del programa desde el mismo nombre que se le ha dado: Cambio Valiente.

En castellano la palabra valiente, aparte de aludir a algo valioso, se atribuye a una persona (o a una institución o país) “capaz de acometer una empresa arriesgada a pesar del peligro y el posible temor que suscita”. En japonés, en cambio, la palabra conlleva una connotación de obligatoriedad ética: los valientes son aquellos que a pesar del miedo hacen lo que creen que deben de hacer. Es decir, hacen lo que creen correcto.

De modo que esta política se trata de una política firme con sus ciudadanos. No se trata, pues, simplemente de una estrategia de gestión en la que –como suele ser usual entre nosotros– las palabras visión y misión (y la mismísima palabra gestión) constituyen meras nomenclaturas. Generalidades vacías aplicables a cualquier documento del género que se aborde. Ya el filósofo Frege nos advertía de las nefastas consecuencias que tiene emitir signos sin referente. En la propuesta japonesa no solo hay referentes concretos sino que la política pública ha sido trazada –como lo reclamábamos en una nota anterior– desde la cultura. Desde una visión país-mundo.

Contrariando en parte una vieja tradición de la educación japonesa, la propuesta no busca formar japoneses, sino ciudadanos del mundo. Se propone educar gente buena y competente, capaz de entender y aceptar las diferentes culturas del mundo en el contexto de la inevitable globalización. Formar personas, entonces, capaces de operar eficientemente –tanto en lo ético como en lo profesional– en los diferentes escenarios que el mundo global les plantea como posibilidad.

El programa educativo de doce años gira alrededor de solo cinco materias básicas y una gama de materias opcionales, cero cursos de relleno y cero tareas en casa. Las cinco materias básicas son: Aritmética de Negocios y Educación Financiera; Lectura (los más pequeños tendrán que leer una página diaria de un libro que escojan y los jóvenes un libro por semana); Ética (respeto total a las leyes y a los demás, tolerancia y ayuda al prójimo así como cuidado del medio ambiente); Computación y Negocios On Line (para que el joven egresado pueda valerse por sí mismo); cuatro/cinco lenguas extranjeras (con conocimiento de cultura, costumbres y religión de los pueblos que hablan dichas lenguas. A este propósito se fomenta intensamente el intercambio de estudiantes con otros países).

De aquí a doce años –cuando esos jóvenes, a los 18 años, egresen de las escuelas– deberán ser personas de bien, competentes y dotados de las herramientas necesarias en el lugar del mundo donde se encuentren.

En un país como el nuestro, donde tememos al cambio y preferimos vivir en la incertidumbre o las certezas estériles del ayer, vale la pena pensar en propuestas que vayan en esta línea.

Eduardo Zapata
03 de febrero del 2021

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