Raúl Mendoza Cánepa

Ama y haz lo que quieras

La batalla más grande es la que se libra dentro del corazón humano

Ama y haz lo que quieras
Raúl Mendoza Cánepa
09 de abril del 2023


Un filósofo me dijo una vez que nuestra única condición es “haber sido arrojados al mundo para nadar en el mal y el desamor”. Una lectura de Mario Bunge en
El Comercio me llevó alguna vez a pensar con él que no existe la maldad absoluta, pero es ingenuo creérselo si estudiamos las tiranías de Stalin, Mao, Hitler… o los heridos que no coagulan a diario por culpa de personas a las que llamaríamos “los malos radicales”, esos que no los ves en tronos y palacios, sino que se cruzan contigo en una calle cualquiera. Violadores, malditos, rastreros, cogoteros, asesinos, que comparten, a veces y sin saberlo, un asiento en el bus.

Asumo que el que quemó a una joven hace poco, era consciente de lo que hacía (ya había ocurrido años atrás, ¿y qué hicimos?). ¿Qué puede haber en las almas de aquellos violadores que tras abusar monstruosamente de una niña le perforan el cuerpo con clavos oxidados? ¿Qué puede haber en la conciencia de quien mata a un hombre porque se niega a que le limpien el parabrisas? ¿Qué grado de maldad concurre cuando violar o matar por un celular se convierte en cotidiano?

¿Es congénita la maldad? ¿Por qué involucionamos y son más los que viven sumergidos en el mal? Cuando este se banaliza corremos el riesgo de hacer lo que Arendt hizo con Eichmann, el burócrata nazi: tratar de comprenderlo desde su mediocridad existencial. No. No podemos ser tolerantes, porque la moral es elección, y menos tolerantes podemos ser con el padre que puso en manos de su hijo la pistola con la que años después habría de matar o con quienes se mofan de una monstruosidad “invitando a repetirla”. Siempre habrá alguien que saque lo mejor o lo peor de nosotros, son nuestros vínculos humanos a lo largo de la existencia. Al inicio la familia y la escuela, pero luego podemos elegir. El joven elige a la pandilla brava que hará de él un pantano o a los amigos que sembrarán resplandor en su interior, arrojados al mundo y condenados a elegir. 

Perfecto que se hable de la batalla cultural y de dar vuelta a Gramsci en escuelas, familias y academia; pero la batalla más grande es la que debemos librar dentro del corazón humano. Allí todo queda y es de allí que todo sale. Como bien decía San Agustín de Hipona: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”.

Raúl Mendoza Cánepa
09 de abril del 2023

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