Carlos Adrianzén

¿Al infierno?

El mercantilismo solo empobrece y corrompe a los países

¿Al infierno?
Carlos Adrianzén
03 de mayo del 2023


Imagínese que usted se ha portado ayer muy mal. Y como también usted debe saberlo, los actos tienen consecuencias. Usted termina hoy expulsado al mismísimo infierno. Bueno pues, recuérdelo también: usted eligió. Y si otro festinó la elección y usted toleró este cuadro, es igualmente responsable.

Latinoamérica no ha aprendido que no somos un paraje para aventureros y foráneos inescrupulosos. Olvida que somos un conjunto de repúblicas donde los ciudadanos deben ejercer su ciudadanía. Que sin separación estricta de poderes (perdiendo libertades y propiedades) caeremos en manos de personajes voraces e incapaces.

Hoy sufrimos una serie de desgracias. Atraso cada vez mayor respecto al mundo desarrollado y masiva pobreza y corrupción a todo nivel de gobierno. Y década tras década, lo toleramos. Votamos tanto por candidatos que robarían, pero harían obra; cuanto, por personajes embarrados con mercaderes locales y extranjeros, de poca monta. 

En Venezuela o Argentina hoy (y en el Perú hace relativamente poco tiempo), los economistas del gobierno de turno justificaban latrocinios monetarios escandalosos. Nada destruye más un país -sostenía un patético político ruso, de apellido Lenin- que la inflación (la prostitución sostenida del poder adquisitivo de la moneda local). Y esta, no solo roba a los más pobres, sino que destruye la capacidad popular de generar una clase media pujante. Ergo, ciudadanía. 

Un significativo primer paso hacia el infierno en naciones como Venezuela o Cuba (ver gráfico Uno).

Con ello, y otros canales de daño institucional que gradualmente afectan el respeto a la propiedad privada, se asegura una nación de gente pobre. Dependiente de la burocracia e inclinada a justificar a un dictador (dizque) generoso. Solo que este sabe –como lo destacaba el nefasto actual mandatario colombiano y rankeado influencer– que la pobreza lo fortalece y que las clases medias, lo despreciarían. A nadie debería sorprender la explosión de la pobreza en Latinoamérica con gobiernos de retórica izquierdista (ver gráfico Dos). Otro paso complementario al infierno económico.

Nada caracteriza hoy más a la región, dadas las decisiones políticas de sus electores –no escribí ciudadanos por decoro– o su tolerancia a los fraudes electorales, que la explosión de la Corrupción de sus burócratas. Desde los presidentes a los choferes. Y es que el incremento de la intervención estatal a nombre del pueblo (socialismo) y a nombre de defender o incentivar la producción nacional (mercantilismo), hace las dos cosas: deprime y corrompe (ver Gráfico Tres). 

En este camino acelerado a un infierno económico de inflación, pobreza y corrupción burocrática, la clave es el abuso. La opresión política (deterioro de derechos civiles, libertades políticas o derechos de propiedad) lo hunde todo. Construye naciones de lacayos donde la ciudadanía es selectiva. Las cifras muestran que las democracias latinoamericanas están hechas de barro. De inaceptables niveles de opresión política y económica (ver gráfico Cuatro)

Nótelo: el infierno expulsa. Algunos escapan a otros países de la región, otros al mundo ilegal, otros hacia fuera. Van quedando los gestores del infierno económico latinoamericano (ciertos burócratas y ciertos mercaderes) y sus víctimas.

El llamado drama humanitario venezolano (los más siete millones que Chávez y Maduro expulsaron de Venezuela –particularmente– hacia Colombia, Ecuador, Perú y Chile, combina un plan de tufillo cubanoide con una creciente desesperación popular en Venezuela y Cuba. 

La diáspora será inevitable. No es solo la desesperación de nuestros hermanos venezolanos, es nuestra coladera migratoria, el negocio de diplomáticos indolentes y la cantidad de acuerdos firmados por los gobiernos latinoamericanos en los últimos años. Acuerdos que les dan generosísimos derechos a quienes –aludiendo a algún expediente humanitario– ingresan a nuestros países quebrantando parcialmente nuestras leyes.

Solo una última reflexión de cierre. Analice sobre el impacto económico y político de una migración creciente hacia Venezuela en los años setenta y el fin del milenio pasado. 

¿En su país votaron por la izquierda? ¡A llorar al río!

Carlos Adrianzén
03 de mayo del 2023

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