La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Efecto inevitable de la desaceleración y caída de inversión privada.
El Instituto de Economía de la Cámara de Comercio de Lima (IECCL) acaba de informar que alrededor de 79, 000 peruanos habrían retornado a la condición de pobres. Según el IECCL, con un crecimiento del 2.7% del PBI la pobreza tendería a subir 0.25 puntos porcentuales. Al respecto, las cosas estarían más negras, porque el BCR acaba de informar que el crecimiento del 2014 apenas fue de 2.4%.
Para comprender la magnitud de las consecuencias de la desaceleración económica y de la disminución del ritmo de reducción de pobreza, vale recordar que los propios estudios del Instituto de Economía señalan que, en el Perú, anualmente se incorporan más de 300 mil personas a la Población Económicamente Activa (PEA) y para absorber esta demanda se empleo se necesita crecer por lo menos a un 4% del PBI.
Cuando en este Portal se defiende el papel de la empresa privada en el crecimiento y el desarrollo, en realidad, estamos defendiendo el derecho de más de un 23% de peruanos que todavía son pobres a abandonar esa condición. Siempre lo hemos dicho: solo el crecimiento de la inversión privada permitirá reducir la exclusión social, habida cuenta que del total de reducción de pobreza de las últimas dos décadas, el 80% se explica por el aporte privado y el 20% restante por los programas sociales del estado. Y la reducción ha sido descomunal: del 60% de la población al 23% actual.
Apenas se conocieron estas cifras, algunos líderes políticos empezaron a tuitear señalando que la pobreza ya estaba aumentando en el país. Todo lo cual nos indica que el caliente debate sobre la desaceleración económica se trasladará al de cuánto se ha reducido la pobreza. El gobierno de Ollanta Humala no solo será acusado de haber detenido el milagro económico peruano sumiendo al país en la desaceleración, sino también de haber lentificado drásticamente el ritmo de reducción de pobreza.
Este debate se desató el año pasado, cuando Alan García señaló que, entre el 2006 y el 2011, la pobreza se había reducido de 48% a 29%, mientras en los tres primeros años del gobierno nacionalista “solo se había reducido de 29% a 25%”. Por su lado, la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Paola Bustamante, replicó que la pobreza había caído de 29 a 23.5%.
Si se confirman entonces las cifras de la Cámara de Comercio de Lima, de una u otra manera, el ritmo de reducción de pobreza se habría lentificado en el país y los efectos, como todos sabemos, no solo serán económicos y sociales sino también políticos. Por lo pronto, se desencadenará la resurrección de los discursos estatistas contrarios a la economía de mercado, porque la “economía habrá comenzado a fracasar por su dependencia de los precios de los minerales y habrá llegado la hora de diversificar la economía mediante la intervención estatal”.
Como se ve la reducción del ritmo de reducción de pobreza puede ser una de las peores noticias de las últimas décadas en el país.
29 - Ene - 2015
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