Aldo Lorenzzi
Zambia busca ser la estrella de África y el mundo
Con el diseño de una estructura fiscal sólida y la atracción de inversiones
Mucha información no tenemos, en esta parte del mundo, sobre los países africanos. Sin embargo, hay un país con características peculiares que busca ser protagonista y cambiar su historia: Zambia. Su sistema de gobierno es presidencialista y tiene una superficie de 752,614 km², cuya extensión territorial puede compararse con Chile en Sudamérica o Francia en Europa. Quizá este país no se convierta en el centro de la noticia al buscar ser potencia en su región, pero hay mucho que comentar sobre su misión y visión a corto y largo plazo.
Hakainde Hichilema, presidente actual de Zambia, busca generar un ambiente apropiado para el desarrollo a través de una desregulación de la burocracia, con reglas claras, simplificación administrativa y estabilidad fiscal, lo que constituye tres pilares para la mejora del país y su crecimiento.
Hichilema es partidario de crear una revolución que les permita atraer inversiones por más de US$ 3,500 millones, cifra que actualmente han captado a través de la explotación de sus recursos naturales, como el cobre, a pesar de sus limitaciones. El gobierno enfrenta dificultades para extraer ese cobre, porque depende de una conectividad enlazada con carreteras y puertos de países vecinos, ya que carece de litoral.
Zambia se propone ser protagonista de África y del mundo a través de una serie de reformas que van desde el diseño de una estructura fiscal sólida hasta la atracción de inversiones en recursos energéticos, por medio de concesiones, y una buena logística para transportar los recursos de manera óptima. En este caso, el cobre es su principal bandera.
Sectores clave para el desarrollo de Zambia
Además de explotar el cobre, Zambia posee otros sectores productivos clave para aspirar a una economía robusta. En agricultura, por ejemplo, exportó cerca de 500 millones de dólares en maíz en 2023, según el United States Department of Agriculture. También vendió fertilizantes nitrogenados por un valor de 458 millones de dólares, según el Observatorio de Complejidad Económica. Asimismo, ve con buena perspectiva el crecimiento de los servicios, como el turismo, entre otros.
Lamentablemente, como ocurre en otros puntos del orbe, este país enfrenta una serie de desafíos internos críticos. La pobreza alcanza al 60 % de la población, existe falta de energía eléctrica y se presentan deficiencias en los servicios de salud y en la infraestructura, entre otros problemas.
El gran reto para el “corazón salvaje de África”
Zambia necesita buscar aliados estratégicos, que solo puede encontrar en grandes potencias como China, Estados Unidos y la Unión Europea. No obstante, el presidente busca no alinearse con ninguno de estos países, más allá de una relación netamente comercial.
Se prevé que Zambia crecerá en 2025 a un ritmo económico del 5,8 %, a pesar de las condiciones actuales del país.
Este país, ubicado en el centro-sur de África, podría dar que hablar en los próximos años y convertirse en una alternativa para que grandes capitales instalen su infraestructura operativa, además de aprovechar la explotación de los recursos naturales. Para ello, deben darse las condiciones adecuadas que incentiven la inversión en un país que podría ser ejemplo en los próximos años.
Otro de los retos es mantener buenas relaciones con sus países vecinos, como Malawi, Mozambique, la República Democrática del Congo, Botswana, Angola y Zimbabue. Si bien con estos países hubo algunos conflictos en el pasado, y tanto ellos como Zambia son un cúmulo de diversas etnias que conviven en un mismo territorio, el actual mandatario está convencido de que este país –con un PIB per cápita de US$ 1,250– pueda ser la estrella africana en los próximos años. Con esta fórmula, menos Estado y más empresa, habrá que ver si la estrategia de desregulación del aparato estatal es el camino correcto para el desarrollo.
















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