Editorial Política

¿Gobernar o continuar la polarización?

Los retos del nuevo Gabinete Del Solar

¿Gobernar o continuar la polarización?
  • 11 de marzo del 2019

 

Ayer Salvador del Solar se convirtió en el nuevo presidente del Consejo de Ministros (PCM) en reemplazo de César Villanueva. Además, los nuevos ministros que se colocaron el fajín son: Carlos Bruce en Vivienda, Gloria Montenegro en Mujer, Paola Bustamante en Desarrollo e Inclusión Social, Flor Pablo Medina en Educación, Rocío Barrios en Producción y Ulla Holmquist en Cultura, entre otros. De alguna manera, los cambios representan el regreso de algunos ministros claves de la administración PPK. Entonces, surgen las inevitables esperanzas, preguntas y temores.

Para intentar reflexionar sobre las posibilidades del nuevo Gabinete quizá es importante entender el porqué se aceleró la renuncia de Villanueva. Todas las versiones señalan que el ministro de Economía, Carlos Oliva, renunció a la cartera luego de que Villanueva y Edmer Trujillo (ministro del sector Transportes), cometieran la barbaridad de allanarse a las demandas de los transportistas: una rebaja especial de S/ 0.59 en el diésel (venta de planta), la devolución del Impuesto Selectivo al Consumo y la suspensión del cobro en algunos peajes.

Cesar Villanueva

Semejante acuerdo pulverizaba el sistema tributario que rige en el Perú desde la reforma de 1993 y cuestionaba las vigas maestras del modelo económico; pero también implicaba la renuncia del Estado a defender el derecho al libre tránsito —interrumpido por la huelga de camiones—, consagrado en la Constitución. La renuncia de Oliva, pues, representaba un acto de decencia: un técnico no puede conciliar con el populismo simplón de los políticos que han emergido alimentados por la polaridad fujimorismo versus antifujimorismo. Felizmente ganó el MEF.

De las razones del relevo de Villanueva se coligen los grandes retos del nuevo PCM: relanzar la economía, recuperar la autoridad del Estado unitario y todas las demás responsabilidades de la gobernabilidad. Por ejemplo, la reconstrucción del norte, la previsión frente a huaicos y lluvias, el combate a la anemia, la urgencia de detener la ola criminal, entre otros. Y, por supuesto, la necesidad de liderar reformas económicas que relancen el crecimiento, las inversiones y el proceso de reducción de pobreza.

¿Qué significa algo así? Que en el nuevo Gabinete no se debe creer —como lo hicieron los ministros de PPK y de Vizcarra— que las portadas y los reportajes de los medios tradicionales y la relación con las encuestadoras amigas garantizan popularidad y gobernabilidad. Algo así ya no es posible porque la polarización fujimorismo versus antifujimorismo y la oposición del Congreso ya no son argumentos para evitar responsabilidades. Las cosas han cambiado y el Perú exige resultados.

Por ejemplo, ¿es posible consolidar la meritocracia en la escuela pública y, al mismo tiempo, allanarse a la agenda de las ONG sobre la llamada ideología de género? ¿Un Ejecutivo con sentido común acaso no decide qué batallas librar, sobre todo cuando el intento de imponer una ideología oficial en la escuela estatal está desatando una reacción conservadora de impredecibles consecuencias? ¿Acaso el Ministerio de Educación no necesita el apoyo total de los padres de familia para derrotar al sindicalismo magisterial que se opone a la meritocracia? El nuevo PCM debe entender que hoy está solo en el escenario, sin humaredas que eviten cuestionamientos. ¿Cómo entonces continuar con los enfrentamientos de los últimos dos años?

El Perú necesita con urgencia que el bloqueo de los antimineros a Las Bambas no continúe, porque el megaproyecto de cobre más grande del Perú aporta cerca del 1% del PBI. Igualmente se requiere que cese el asedio radical a las minas Constancia y Antapaccay en el Corredor Minero del Sur. Asimismo, es de vida o muerte que los proyectos de Tía María en Arequipa y Michiquillay en Cajamarca logren concretarse para volver al círculo virtuoso de las inversiones en cobre. De otro lado, las inversiones en infraestructura no pueden parar y requerimos relanzar las asociaciones público-privadas y las obras por impuestos para establecer la alianza Estado - sector privado que posibilite resolver las necesidades de la gente, sobre todo de los más pobres.

Y, por supuesto, hoy que no existe una mayoría absoluta de oposición en el Legislativo, el Ejecutivo tiene la primera responsabilidad en liderar las reformas: desde la reforma laboral, la reforma legal de las inversiones en infraestructuras, la reforma tributaria, las reformas de educación y de salud, hasta retomar el proceso de simplificación administrativa iniciado en el Gabinete Zavala. Por favor, no perdamos esta oportunidad. De lo contrario todos los activos institucionales y económicos se difuminarán.

 

  • 11 de marzo del 2019

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