En el Perú las leyes que no se reglamentan pierden vige...
A estas alturas es incuestionable que el objetivo del presidente Martín Vizcarra y del Ejecutivo nunca fue impulsar una reforma del sistema político, sino desarrollar una estrategia que dividiera a la mayoría legislativa. Que el presidente Vizcarra, cabalgando sobre una ola efímera de popularidad, sostenga que el Gobierno apoya la no reelección de congresistas, pero que se opone a la bicameralidad es la mejor prueba de la tesis que desarrollamos. La no reelección sin bicameralidad es la mejor herramienta para desincentivar la existencia o pertenencia a las bancadas del Legislativo.
Luego de que el Tribunal Constitucional declarara inconstitucional la interpretación sobre “la cuestión de confianza” (facultad del Ejecutivo para someter a confianza determinadas políticas públicas) establecida en el Reglamento del Congreso, la mayoría de observadores consideró que se abría un espacio entre el Ejecutivo y Legislativo para salvar la bicameralidad y unir a todos los peruanos en el objetivo de reformar el sistema político. Finalmente, el jefe de Estado había sostenido que la inclusión de un “criterio errado” sobre la cuestión de confianza en la reforma de la bicameralidad obligaba al Ejecutivo a pronunciarse por el “no” con respecto a esta propuesta. Sin embargo, el Ejecutivo persistirá en su voluntad de oponerse a la bicameralidad.
¿Qué significa semejante posición de Vizcarra? A nuestro entender al mandatario lo menos que le interesa es la reforma del sistema político. Su objetivo es convertir el referéndum en un plebiscito a favor de su Gobierno y sancionar a un Congreso errático que renunció a transformar el país, a liderar reformas, desatando una abrumadora desaprobación en su contra.
Ahora bien, ¿por qué el jefe de Estado pretende convertir el referéndum en un plebiscito a su favor? Quizá sería razonable que Vizcarra pretendiera debilitar a la mayoría legislativa para formar una nueva convergencia en el Congreso, para que lidere las urgentes reformas que necesita el Perú para volver a crecer a tasas altas y seguir reduciendo pobreza. También, obviamente, para evitar el obstruccionismo que algunos denunciaron. Sin embargo, las cosas no parecen avanzar en ese sentido.
En el Gabinete Villanueva, y en el Ejecutivo en general, no hay nada que indique una voluntad de implementar reformas. Muy por el contrario, el ministro de Trabajo, Christian Sánchez, quien lidera un ala ministerial abiertamente anti inversión, parece llevar la voz cantante en cuanto a las políticas públicas de la administración Vizcarra. Ni reforma laboral ni decisión de ampliar la vigencia de la Ley de Promoción Agraria ni reforma política, pues.
¿Para qué entonces se pretende desorganizar a la mayoría legislativa? La respuesta se cae de madura: para controlar instituciones. Ante cualquier duda, allí está la comprobada obsesión gubernamental por remover a Pedro Chávarry de la Fiscalía de la Nación, con argumentos en base a las leyendas y mitos que ha organizado la izquierda judicial.
Sin lugar a dudas, pues, el presidente Vizcarra, algo embriagado por las encuestas que le son favorables, parece inclinarse por el estilo de conducción política plebiscitaria que caracteriza a diversos regímenes latinoamericanos. En la apuesta plebiscitaria se busca que el líder encarne y represente a la nación, incluso por encima de las instituciones establecidas en la Carta Política. ¿Hacia dónde lleva ese estilo político? Es difícil especular. En todo caso, las interrogantes se absolverán luego del referéndum, en la primera quincena de diciembre.
¿Por qué sostenemos estas reflexiones tan diferentes al sentido común que parece haber organizado la prensa tradicional? Por la sencilla razón de que cualquier jefe de Estado en una democracia estable, si hubiese logrado el rotundo triunfo político de Vizcarra con el referéndum, simplemente habría utilizado su victoria para imponer acuerdos y convergencias, y movilizar a las instituciones de la democracia hacia un camino reformista. En el Perú, por el contrario, las instituciones no parecen importar.
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