Juan Sheput

La Primera Burócrata de la Nación

Los políticos llenos de mística y afán de servicio a la Nación son una especie en extinción

La Primera Burócrata de la Nación
Juan Sheput
09 de mayo del 2025


“¿En qué parte de la Constitución dice que la presidenta no se puede operar?” era una de las frases favoritas que, a manera de pregunta, gustaban decir los abogados de oficio de la presidenta Boluarte. “¿Acaso para dormir tiene que pedir permiso?” era otra de las interrogantes –más vulgar, dicho sea de paso–, que arrojaban como dardos tanto escuderos como abogados de la jefe de Estado, a quiénes cuestionábamos la falta constitucional de ausentarse sin informar al Parlamento. 

Transcurrió el tiempo y la verdad salió a la luz. Habló el expremier y también el doctor que la operó. Los mismos que descalificaban utilizando las preguntas anteriores ahora callan. No hay duda. La presidenta cometió una grave infracción constitucional. En un acto de desprecio al país eligió la frivolidad y ausentarse del cargo antes que informar. 

“¡No es oportuno!” dicen los que no se atreven a decir que el aumento grotesco de sueldo de la presidenta Boluarte es una vergüenza para el país. “¡Gana menos que sus ministros!” dicen los tecnócratas que solo piensan en dinero, crecimiento económico y no en desarrollo o moral. 

Es el mediocre debate que convierte a la figura de la Presidencia de la República en un mero cargo burocrático que, por la complejidad de la función, merece el mayor sueldo de la Nación. Quiénes plantean esas reflexiones contribuyen a la degradación de la figura del presidente de la República. Dejan de lado el plano referencial, representativo y moral.

Llegar a ser presidente de la República es un honor. En un plano referencial representar a la Nación no tiene precio. Quien intenta llegar a la presidencia no lo hace por ganar más dinero sino por la connotación histórica y el honor que representa. A la presidencia de un país pueden llegar millonarios como Sebastián Piñera en Chile y dejarlo todo; o personas sencillas y humildes, como Pepe Mujica en Uruguay, que solo aspiran a servir y no a servirse. A mí en lo personal me conmovió lo austero que fue Don Fernando Belaunde, y la renuncia a cualquier tipo de boato por parte de Valentín Paniagua. Eran conscientes de que llegar a ser presidente es un honor. No es un cargo burocrático al cual se pretende llegar para ganar más. Eso es una grosera distorsión. 

Además, como en cualquier lugar del mundo, el Estado peruano le brinda al presidente vivienda, alimentación, movilidad, viáticos, despacho, entre otros beneficios. Un sueldo de S/ 35,000 sería en la práctica, neto.   

Pero la presidenta Boluarte no es la única que siente que debe ser una burócrata muy bien remunerada. Hay muchos más, como los congresistas, entre ellos los que reciben doble remuneración.  Sería bueno que la ONPE revele los sueldos de los “líderes” políticos que se han asignado en sus respectivos partidos. En el Perú de hoy la política llena de mística y afán de servicio a la Nación es una especie en extinción. Si no lo cree mire, piense en por qué hoy se llama “dueño del partido”  a aquellos que antes se llamaba “líder del partido”.

Juan Sheput
09 de mayo del 2025

NOTICIAS RELACIONADAS >

La política como posibilidad

Columnas

La política como posibilidad

Cuando un elenco partidario gana las elecciones los ciudadanos esperan...

04 de abril
Los aprendices de brujo y la ley contra las ONG

Columnas

Los aprendices de brujo y la ley contra las ONG

Una polarización puede congelar a un país, inmovilizarlo...

28 de marzo
Indignación popular y censura

Columnas

Indignación popular y censura

Las sociedades siempre tienen un punto de quiebre. Sin embargo, para l...

21 de marzo

COMENTARIOS