Cesar Gutierrez
Lecciones del ejercicio de poder en YPF Argentina
Vaivenes inimaginables en los 17 años transcurridos

La reciente noticia de que la jueza del distrito de Nueva York (NY) Loretta Preska, ordena al estado argentino que entregue el 51% de las acciones de la hidrocarburífera estatal YPF a favor del grupo inglés-estadounidense Burford Capital-Eton Park, es de trascendencia mundial, porque la gran apuesta inversora del Gobierno de Javier Milei pasaba por el yacimiento Vaca Muerta, propiedad de YPF, que tiene importantes reservas de petróleo y gas natural (GN), aunque sin llegar a estar en el top ten mundial.
La historia ya ha sido ampliamente difundida en los medios de comunicación y lo que quiero transmitir en este artículo son tres conceptos: que el poder lo puede todo, que en el poder siempre hay grupos en disputa y que la justicia supranacional tarda, pero llega.
El primer concepto del ejercicio pleno del poder se da cuando las masas apoyan al Gobierno. En este caso se dio en el 2008, ya con Cristina Fernández en Casa Rosada, tomando la posta a su esposo Néstor Kirchner. Había ganado la elección del 2007 con el 45% de los votos y con una diferencia de 22% respecto a su principal contrincante Lilita Carrió.
En ese contexto de Gobierno superpoderoso, Néstor impuso que se presionara a Repsol, que controlaba YPF, para que le vendiera al grupo Petersen, de la familia Eskenazi (banqueros de los Kirchner en la provincia de Santa Cruz), el 25% del accionariado, en dos tramos de 15% (en 2008) y 10% (en 2011). Lo más saltante fue que la transacción se pagó con los dividendos de YPF y no con los fondos de Petersen. Se cumplió la frase leninista: “salvo el poder todo es ilusión”.
Una nota importante es que en el 2011, cuando Petersen ejerce la compra del 10% de las acciones, Néstor Kirchner ya había fallecido (octubre del 2010) y Cristina estaba en el último año de su primer mandato, pero tenía alta popularidad. Ese año ganó la reelección con el 37% de los votos y con 20% de diferencia sobre su rival, Hermes Binner. La frase de Lenin no perdió vigencia
El segundo concepto: “en el ejercicio de poder hay facciones”, se dio en el 2012, Cristina en su segundo mandato hizo una razia de todas las personas que pertenecían al círculo de Néstor y convirtió en su mano derecha a Axel Kicillof, con quien decide estatizar YPF, haciéndose manu militari del 51% del accionariado que tenía Repsol, cuyo capitoste Antonio Brufau, especialista en caminar por la cornisa, negocia con Cristina y consigue que le paguen 5,000 millones de dólares (MMUS$) por la expropiación. Y se dio un final feliz.
Petersen, en vista de lo ocurrido, plantea a la dupla Cristina-Kicillof que también le paguen por su 25% de accionariado; pero la respuesta fue negativa. El mensaje fue que las amistades de los empresarios con el Gobierno no son permanentes. Sin embargo, esto originó que se presentase una demanda en Nueva York, en vista de que YPF cotiza en Wall Street y ante una compra en la que el accionista mayoritario perdía el control, correspondía una OPA que no se hizo.
El trato discriminatorio al accionista minoritario ha originado la sentencia de la juez en Nueva York, donde el estado argentino puede perder la propiedad de la joya de la corona, YPF con su yacimiento de Vaca Muerta. Aún queda pendiente una sentencia en segunda instancia y el aserto: “la justicia tarda, pero llega” es aplicable por partida doble. Petersen se hizo de acciones sin poner un céntimo y vendió su posición accionaria por 40 MMUS$ al fondo que hoy pretende cobrar 16,000 MMUS$.
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