La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Conocer desastre económico, posterga reducción de IGV
El presidente Pedro Pablo Kuczynski acaba de anunciar que la reducción del IGV en un punto, una de sus más caras promesas de la pasada campaña electoral —con el objetivo de promover la formalización y aumentar la recaudación tributaria— se posterga para mejores tiempos macroeconómicos. Pero, ¿cómo es posible que el jefe de Estado recule en una de sus ofertas electorales centrales? La única explicación es que se ha desarrollado la suficiente pedagogía para informar al ciudadano que el pasado régimen nacionalista ha destrozado las bases macroeconómicas que se mantuvieron en los últimos 25 años.
Ahora bien, ¿cómo fue posible semejante pedagogía cuando la administración PPK parecía empecinada en la rebaja del IGV? Bueno, pues, la presentación del Gabinete Zavala ante el Legislativo no solo vino con un casi unánime voto a favor de la investidura, sino con pedagogía económica para el país. Gracias a que la oposición exigió al Gabinete que se informe sobre cómo se encontraba el país, los peruanos pudimos conocer que el déficit fiscal había sobrepasado el 3% del PBI, que la recaudación había caído considerablemente, que la deuda pública llegaba al 25% del PBI y que el gasto público se había disparado.
De alguna manera semejante información ya estaba en manos del Ejecutivo, pero los voceros de la nueva administración seguían insistiendo con la propuesta de rebajar el IGV, temerosos de aparecer archivando una de sus principales promesas electorales. Mientras tanto el consenso de los economistas y especialistas señalaba que era imposible una rebaja del IGV que, por cada punto, significa una suma de alrededor de S/. 3,000 millones. Si consideramos que la nueva administración tenía planes de incrementar el gasto público, ¿cómo se iba a producir semejante reducción? Era evidente que en el Ejecutivo se necesitaba un salvavidas para superar semejante oxímoron económico.
Y el salvavidas llegó junto a un abrumador voto de investidura a favor del Gabinete. Más allá de que el jefe de Estado invitara a un desayuno (algo absolutamente indescifrable) al ex titular de Economía Alonso Segura, uno de los principales responsables del desastre económico, la ciudadanía conoció la magnitud de los yerros económicos y PPK pudo anunciar que la oferta electoral de reducir el IGV quedaba para mejores tiempos.
Lo sorprendente de todo es que la mayoría mediática en el país no haya sido capaz de reconocer el gesto leal y democrático de la oposición legislativa, que empoderó como nunca a un Gabinete y fue en auxilio de un Ejecutivo desorientado en el tema del IGV.
Hoy la administración PPK no solo recupera el sentido común en el asunto del IGV, sino que ha sacado una de las papas más calientes de los temas que se plantearan al Congreso para solicitar la delegación de facultades legislativas. La única sombra que permanece tiene que ver con la voluntad de la administración PPK de incrementar el gasto público, no obstante que la recaudación y el cierre del déficit fiscal al 2021 siguen siendo grandes interrogantes. En el nuevo Marco Macroeconómico Multianual (MMM) revisado por el nuevo Gabinete Zavala se prevé un incremento del gasto público del 3.6%, mientras que en el anterior MMM se establecía solo un incremento de 1%.
En todo caso —argumentos más, argumentos menos—, en el tema del IGV se ha producido una interesante dialéctica entre gobernabilidad y oposición, en la que ganan el Ejecutivo, el Congreso, la democracia, el crecimiento económico y la continuidad de las políticas que reducen pobreza.
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