A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Evo Morales, presidente de Bolivia en ejercicio en su tercer periodo, es el favorito de las elecciones presidenciales del domingo próximo en ese país. Según Telesur —la cadena de televisión continental del chavismo— Morales, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), tiene una ventaja de 18 puntos respecto al contendor más cercano, Carlos Mesa, candidato de la coalición Comunidad Ciudadana (CC). El acto electoral también comprende la elección del vicepresidente, 130 diputados, 36 senadores y otras 352 autoridades nacionales.
Morales acumula el 40% de intención de voto, insuficiente para ganar en primera vuelta. No obstante, otras encuestas publicadas señalan que en los departamentos de Beni, Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí y Tarija el voto es mucho mayor por Morales. Por los resultados de las encuestas, las acusaciones del candidato Mesa contra Morales —por ser autoritario y un candidato ilegítimo— no han tenido mayor repercusión en los electores.
Con la elección del domingo, Morales sumaría su cuarto periodo consecutivos. Vale señalar que una modificación en las normas electorales, introducida por el mismo Morales, no considera la elección del presidente por parte de la Asamblea de representantes entre los dos primeros candidatos que no alcanzaron más del 50% de los votos.
Morales, con 14 años en el poder, es considerado como pragmático, según algunos sectores del empresario local y regional. El presidente socialista ha desarrollado actividades estatales relacionadas con la producción de gas y litio. Asimismo, mantiene a Bolivia como líder mundial en la producción y exportación de quinua. Perú ocupa el segundo lugar. No obstante los avances económicos, el nivel de pobreza de la población todavía es alto.
Algunos medios marxistas latinoamericanos pretenden demostrar las “bondades del socialismo boliviano”. Según ellos, la pobreza disminuyó de 38.2% en 2005 a 15.2% en 2018. Si las cifras fueran correctas, la reducción de la pobreza boliviana fue 23%. En Perú, con políticas de mercados abiertos, redujo 40% la pobreza, de 60% a 20%. Asimismo, los socialistas señalan que el crecimiento previsto para este año será de 4%. Perú tuvo tasas de crecimiento de 6%. Sobre las Reservas Internacionales Netas (RIN), en Bolivia han caído 40%, de US$ 15,123 millones en 2014 a US$ 8,946 millones en 2018. Las RIN de Perú superan los US$ 60,000 millones.
Esta izquierda, experta maquillando los resultados económicos de Morales, es la misma que distorsionó mundialmente el incendio forestal en la Amazonía del pasado julio. Como se recuerda, este daño ecológico comenzó con un decreto supremo de Morales autorizando la quema de territorios selváticos en los departamentos de Beni y Santa Cruz de la Sierra, con el fin de ampliar las superficies para la producción agrícola y ganadera. Lamentablemente el chaqueo (limpia y recuperación de terrenos) escapó de todos los controles bolivianos y alcanzó territorio brasileño. El hecho fue magnificado por los marxistas, disculpando a Morales y castigando a Jair Bolsonaro.
Es un hecho: Morales, “el hijo ilustre de Venezuela”, tiene buena prensa mundial. Venderá gas a Perú desde el sur, mientras las autoridades peruanas divagan respecto al gasoducto y exploraciones gasíferas. Morales está aliado con Alemania y China para explotar litio y producir baterías y hasta vehículos eléctricos más adelante. Mientras tanto, el gobierno de facto de Martín Vizcarra ha detenido el proyecto Falchani, en Puno.
En Venezuela el chavismo se perenniza por el petróleo. En Bolivia lo hace con el litio y gas. Edulcorar los resultados sociales y económicos para los aplausos en el mundo tiene un límite. Tarde o temprano, la realidad de los autoritarios será puesta en evidencia. Mientras tanto, la pobreza de la población estará allí, maquillada y oculta.
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