Chile elige a Kast y produce el mayor giro a la derecha en más de 40 años

El triunfo de José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, con más de 58% de los votos y sobre el 41% de la candidata del Partido Comunista de Chile, Jeannette Jara, representa el mayor giro hacia a la derecha de la sociedad chilena luego del regreso a la democracia en los años noventa. Nunca la centro derecha, “acusada de pinochetista” por todas las versiones de la izquierda chilena –desde la progresista, wokista y ortodoxa–, había logrado un triunfo tan arrollador en las 16 regiones del país del sur. 

Desde la transición y la emergencia de la Concertación Democrática en Chile se sucedieron gobiernos de centro derecha y centro izquierda que, de una u otra manera, compartían el mismo proyecto institucional y económico bajo la influencia de la Constitución de 1980; una constitución desreguladora en economía y sociedad y que fue reformada más de 80 veces a iniciativa del ex presidente Ricardo Lagos.

La izquierda chilena rompió ese pacto constitucional desde el gobierno de Michelle Bachelet y, de pronto, luego de violencia de octubre de 2019, Chile se embarcó un proceso constituyente artificial que paralizó uno de los milagros económicos más sorprendentes en los países emergentes. Y después eligió a Gabriel Boric, uno de los peores gobiernos en la historia chilena.

De todo ese proceso parece salir Chile con la abrumadora elección de Kast. El triunfo del líder republicano se basó en un discurso que ofrece recuperar la ley y el orden frente a las migraciones sin control ni respeto al Estado de derecho que han promovido las izquierdas; un mensaje que promueve la reducción del gasto estatal y el fin de la expansión del Estado y, por otro lado, plantea una batalla cultural frontal frente a las narrativas dominantes de la izquierda chilena en contra de la familia, las tradiciones cristianas y el capitalismo en general. Entre los miles de celebrantes del triunfo de Kast había varias gorras con mensajes que decían “Hagamos de Chile grande otra vez”, en clara alusión a la influencia del trumpismo en la región.

Para consolidar su victoria, Kast recibió el apoyo de los otros dos candidatos de la centro derecha que convergieron en este triunfo electoral: Johannes Kaiser y Evelyn Matthei. Sin embargo, el gran problema del proyecto de Kast será cómo desarrollar las reformas legales que necesita Chile, debido a que no cuenta con mayoría absoluta en el Senado y en diputados. Y, por supuesto, también por la feroz oposición en la calle que liderará el Partido Comunista de Chile, el partido del comunismo ortodoxo más grande y mejor organizado en toda la región hispanoamericana.

Días antes de su elección como jefe de Estado, Kast señaló que antes que político y líder del Partido Republicano era católico y padre de familia revelando su intención de confrontar culturalmente a los relatos que han organizado todas las izquierdas chilenas. Asimismo, su visión de la historia y su distancia de las demonizaciones de la experiencia militar –que emergió como respuesta al proyecto soviético de Salvador Allende– han sido las razones para que la prensa progresista mundial y todos los progresismos –que han convertido a Europa en unas ruinas– lo llamen “ultraderechista”.