El asesinato de Charlie Kirk y la masiva reacción en las socied...
Charlie Kirk, el comunicador y activista de la centro derecha estadounidense, fue asesinado de un balazo ante la estupefacción democrática del planeta, no obstante que las sociedades occidentales parecían haber superado el odio cancelatorio del campo de concentración nazi y el gulag estalinista. Con apenas 31 años, Kirk estaba de gira en las universidades estadounidenses y, precisamente, fue asesinado en la Universidad del Valle de Utah por haberse convertido en una influyente figura que convocaba a la juventud y presentaba batalla directa en los claustros universitarios, en donde suelen hegemonizar las corrientes wokistas.
Algo más sobre Kirk. Se había convertido en un factor decisivo en el pasado triunfo electoral de Donald Trump, sobre todo en la juventud. Kirk, pues, era un enemigo letal de la influencia woke en las universidades estadounidenses y en la juventud a través de mensajes con enorme sentido común; mensajes que evocaban las grandes tradiciones que forjaron la república más soberbia de la humanidad: los Estados Unidos.
Si bien el asesinato de Kirk no puede ser imputado a ningún sector, es incuestionable que el odio que cultivan las corrientes wokistas en contra de las grandes tradiciones occidentales tiene demasiado que ver. Según el wokismo, la defensa de la familia y las críticas y las batallas contra la ideología de género son amenazas a la libertad y el progreso de la humanidad. De allí que Kirk era calificado como un “fascista”, como un “nazi”, tal como se califica al presidente Donald Trump.
Y el odio en las corrientes del mundo avanza en diversas dosis. Por ejemplo, la mayoría de la media mundial ha calificado a Kirk como representante de la ultraderecha y algunos de ellos, incluso, deslizaron la tesis sibilina acerca de que Kirk tenía la culpa de su muerte por haber defendido la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que establece el derecho a portar armas de los ciudadanos.
En cualquier caso, vale una aclaración: ¿en dónde están los ultras en la política de los Estados Unidos? En los sectores que pretenden refundar la unión americana o en quienes pretenden mantener el legado de los Padres Fundadores, el legado de Hamilton y Jefferson. Siempre las ultras han estado del lado de los revolucionarios o refundadores. ¿O no?
Para entender el nivel de polarización y enfrentamiento fratricida que han desarrollado las corrientes wokistas vale recordar el Proyecto 1619 (The 1619 Project) del diario The New York Times, que pretendía cambiar la fecha de fundación de la unión americana de 1776 y el protagonismo de las 13 colonias a 1619. ¿Por qué? Porque 1619 es la fecha de la llegada del primer barco con esclavos a las costas estadounidenses.
La intención del wokismo era brutal: destruir uno de los mayores legados republicanos de la historia humana y convertirlo en un simple producto del esclavismo. Se pretendía ignorar que la Guerra de Secesión, la Guerra Civil de los Estados Unidos, fue una de las guerras más sangrientas de la historia moderna en donde los miles de caídos del norte y el asesinato Abraham Lincoln se produjeron por luchar frontalmente contra la esclavitud del sur.
¿Qué habría pasado si avanzaba el Proyecto 1619? Era evidente que el fantasma de la secesión de la Guerra Civil habría despertado y la poderosa unión de 50 estados se habría dividido permitiendo la inmediata hegemonía mundial de China.
Así de delirantes y frenéticas son las corrientes wokistas que hegemonizaron a la universidad estadounidense con las teorías de la raza y la teoría de los géneros. Ese odio, ese cancelacionismo, esa barbarie de llamar nazi, fascista, ultraderechista, al simple adversario, de una u otra forma, estuvo detrás del disparo en contra de Charlie Kirk.
A estas alturas, más allá de las muertes, es evidente que el wokismo, el progresismo y las corrientes de izquierda, se baten en retirada en las sociedades occidentales. De lo contrario en Occidente existirá una reacción inimaginable.
COMENTARIOS