Editorial Economía

Trágico accidente desnuda derrumbe de infraestructura aeroportuaria

Centenares de vuelos cancelados y aeropuertos regionales sin capacidades

Trágico accidente desnuda derrumbe de infraestructura aeroportuaria
  • 21 de noviembre del 2022

La colisión de un avión de Latam con un camión de emergencia en la pista del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez no solo causó las muertes trágicas de los bomberos Nicolás Santa Gadea y Ángel Torres, sino que también desnudó el derrumbe de la infraestructura aeroportuaria del país. Más de 400 vuelos al Jorge Chávez fueron cancelados, mientras se desarrollaban las investigaciones del siniestro y se reparaba la pista del mencionado aeropuerto internacional.

Por otro lado, los cables internacionales revelaban la tragedia nacional de no contar con aeropuertos internacionales alternativos al Jorge Chávez. Cerca de 15 vuelos internacionales no podían desembarcar en Pisco porque el terminal aéreo no estaba habilitado por la Superintendencia de Migraciones para recibir pasajeros de otros países. De otro lado, a duras penas, se habilitaron los aeropuertos de Piura, Chiclayo, Iquitos, Arequipa, Trujillo y Cusco, para recibir vuelos internacionales.

Lo cierto es que el Perú no tenía infraestructura ni servicios de migraciones para enfrentar el colapso de la pista del aeropuerto del Jorge Chávez. En ese instante se recordó las décadas perdidas y malgastadas, que han causado el derrumbe de la infraestructura aeroportuaria del país. La demora de Lima Airport Partners (LAP) en la construcción de una nueva pista en el Jorge Chávez, el retraso de las inversiones en los aeropuertos regionales y la situación actual de la Corporación Peruana de Aviación Comercial S.A (CORPAC), la entidad encargada de controlar la torre de control del Jorge Chávez y que, por lo tanto, habría autorizado el despegue en la pista cuando los bomberos desarrollaban simulacros de emergencia.

El accidente del Jorge Chávez también nos recuerda que, en las últimas tres décadas, en el Perú han existido hechos extremadamente positivos, tales como que el PBI se haya triplicado y que la pobreza se haya reducido del 60% de la población a solo 20% antes de la pandemia. Sin embargo, estos avances –que se explican, principalmente, por el aporte privado– han tenido como contraparte un Estado que fracasa en todo, que no se ha reformado, y que, por el contrario, solo se ha dedicado a crecer, a crear sobrerregulaciones y a bloquear la iniciativa privada. 

Luego del mencionado accidente, se puede decir, el Perú ha quedado frente al mundo como una república bananera. Si colapsa el Jorge Chávez colapsa todo. Precariedades parecidas suceden en las demás infraestructuras, en la educación, la salud y otros servicios que debe promover el Estado. Ahora bien, vale preguntarse si el error de Corpac tiene algo que ver con la politización y clientelaje que el Ejecutivo desarrolla en las instancias del Estado. Hay que recordar la huelga de los trabajadores aeroportuarios que fue respaldada por el sector Trabajo, como si la labor de esos trabajadores fuese una obra de construcción y no un servicio del que depende la vida de miles personas.

Para resumir las cosas. El retraso en la infraestructura aeroportuaria hoy le hace el mismo daño al Perú que el causado por las propuestas de la asamblea constituyente y las nacionalizaciones. 

En este contexto, es incuestionable que la solución de los problemas de la infraestructura aeroportuaria pasa por entender la urgencia de relanzar las inversiones con una colaboración estrecha entre el sector privado y el Estado. Si bien las inversiones en los aeropuertos concesionados corresponden al sector privado, estos emprendimientos tienen que sortear los procedimientos y trabas en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Luego de las denuncias de corrupción que se conocen en el sector, la oposición debería desarrollar una extrema vigilancia en estos temas.

El Perú necesita acelerar las obras en el Jorge Chávez y avanzar en las inversiones en los principales aeropuertos regionales, que son conducidos por Aeropuertos del Perú (AdP), un total de 12 en el norte, nororiente y Pisco. Por otro lado, se debe entender que el atraso de la infraestructura aeroportuaria es un asunto de seguridad nacional, como ha quedado graficado luego del accidente en el Jorge Chávez.

  • 21 de noviembre del 2022

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