Tía María y Majes Siguas II continúan en peligro

El mes de marzo comenzó con muy buenas noticias para Arequipa: el Gobierno Regional de Arequipa finalmente firmó la “Adenda 13” del proyecto hídrico Majes Siguas II, con lo que todo quedaba listo para el inicio de la etapa de construcción; por su parte, el proyecto minero Tía María cuenta ya con todos los requisitos para iniciar la etapa de construcción. Sin embargo, en ambos casos se han presentado los agitadores de siempre, que tratan de obtener ganancias ilegales extorsionando a las empresas concesionarias de los grandes proyectos, y que utilizan para ello a sectores de pobladores de la región. 

Así, pobladores del distrito de Caylloma realizaron el martes pasado una protesta en los exteriores de la sede de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), exigiendo ser incluidos como afectados directos por el proyecto. Y en el Valle de Tambo, los radicales antimineros continúan con sus protestas.

En este portal hemos explicado el gran aporte a la economía de la región Arequipa, y de todo el país, que significan estos dos proyectos. Con Majes Siguas se crearán cerca de 200,000 empleos y se organizará un clúster de servicios para miles de empresas dedicadas a la agroexportación (grandes, medianas y pequeñas), que acelerará la industrialización de la región y relanzará la investigación calificada en las universidades. Se creará una nueva ciudad alrededor del enorme complejo agroindustrial. Los desiertos del sur del Perú se convertirán en oasis, y la convocatoria de capitales en economías de escala reducirá la pobreza en la zona y creará nuevas clases medias. El milagro agroexportador del norte y de Ica, entonces, se replicará en el sur del país.

Por su parte Tía María producirá cerca de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales y aportará al país más de S/ 300 millones en canon y regalías. Además generará 8,000 empleos en su zona de influencia: la provincia de Islay. Asimismo, la empresa concesionaria –Southern Peru– ha tomado todas las medidas necesarias para evitar que Tía María dañe el medio ambiente y para que sus actividades no entorpezcan la vida y las actividades de los pobladores de la región, dedicados mayoritariamente a la agricultura. Por ejemplo, para la producción de cobre se empleará la tecnología de oxidación y lixiviación, considerada la más limpia y amigable con el medio ambiente. Además,la extracción del mineral se iniciará a 150 metros de profundidad del tajo a cielo abierto, para evitar que el polvo, producto de las explosiones, alcance superficies fuera del tajo. 

Pero no solo se trata de que estos proyectos son sumamente provechosos para la economía de la región, y de todos su pobladores; además las empresas concesionarias se han preocupado de generar espacios de diálogo y consenso con la población antes del inicio de sus labores. Así, Southern Perú entregó a inicios de este mes el “capital semilla” para ejecutar 30 proyectos productivos o sociales propuestos por los pobladores de los distritos de Cocachacra, Deán Valdivia, Punta de Bombón, Mejía, Mollendo y Matarani. Entre estos proyectos hay destacables iniciativas comunitarias como “Agua limpia para una vida sana y sin COVID-19”, “Fortalecimiento de la promoción turística”, “Industrialización de la miel” y “Mejoramiento de local Casa del Pescador”.

Entonces ¿por qué se generan tantos conflictos sociales en torno a estos proyectos? La respuesta la encontramos en un informe sobre el tema, realizado por el historiador y comunicador Pablo O’Brien: “La necesidad de cerrar las brechas sociales y generar desarrollo en las zonas de influencia del proyecto minero a través de la renta que genera la actividad minera también dispara una conducta de búsqueda de renta (rent-seeking behavior)”.´O´Brien señala que esta búsqueda de renta se realiza sin emprender ninguna actividad productiva: es el “rentismo”.

Vivir dentro de la “zona de influencia directa” de proyectos tan importante como Majes Siguas II y Tía María asegura una serie de importantes beneficios que suelen desear las comunidades que quedan fuera de esa zona. Por ello vemos que es cada vez más frecuente que comunidades o distritos completos soliciten ser incluidos dentro de esa zona de influencia. Y a pesar de estar a cientos de kilómetros de distancia, como en el caso de Chumbivilcas con respecto a Las Bambas.