Editorial Economía

Sector Trabajo pretende aumentar RMV y ahogar a las últimas pymes formales

La ideología y el fundamentalismo antes que la productividad de las empresas

Sector Trabajo pretende aumentar RMV y ahogar a las últimas pymes formales
  • 10 de enero del 2022

La titular del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), Betsy Chávez, ha anunciado que en la segunda mitad del presente mes se reactivará el Consejo Nacional de Trabajo (CNT) y que una de sus primeras acciones será decidir el aumento de la Remuneración Mínima Vital (RMV). No precisó el porcentaje del aumento. Sin embargo, el sector Trabajo vuelve a reeditar un acto de fe, casi religioso: la creencia de que estableciendo una RMV, al margen de la productividad de las empresas, mejorará la situación de los trabajadores.

Por ejemplo, meses atrás se decretaron incrementos “de beneficios y derechos” para las trabajadoras del hogar y los trabajadores agrarios. ¿Mejoró o empeoró la situación de los beneficiados? A estas alturas la informalidad en la contratación de trabajadoras del hogar se ha vuelto predominante.

En Perú casi el 90% del empleo es provisto por pequeñas y medianas empresas (pymes) que no pueden pagar los costos laborales del sistema formal. En este contexto, aumentar la RMV al margen de la productividad de las empresas y la realidad económica es condenar al mundo del trabajo a una mayor informalidad.

Según cifras del propio MTPE, el número de trabajadores en el sector formal es de 3.67 millones, mientras que en el sector informal hay una cifra superior a los 11 millones de trabajadores. Esto quiere decir que en el Perú el 75% de los trabajadores es informal. Y la brecha salarial entre ambos sectores es enorme.

Vistas así las cosas, el principal problema laboral en el Perú es hacer que los trabajadores que están atrapados en el sector informal se incorporen finalmente al sector formal. Y la única manera de hacerlo es flexibilizando el régimen laboral para contratar y despedir de acuerdo a la productividad de las empresas, tal como sucede en Hong Kong, Estados Unidos, Singapur, Suecia, y otros países que tienen tasas de desempleo menores al 5% de la PEA.

El empleo entonces no es un maná que cae del cielo, sino que es resultado directo de la productividad de las empresas, de la manera cómo se combina capital y trabajo en un proyecto empresarial. Aunque parezca mentira, en los países con mayor flexibilidad laboral los derechos sociales se expanden a niveles no imaginados y, finalmente, el trabajador –ante una mayor oferta de empleo– decide en qué lugar trabajar, tal como sucede en los Estados Unidos.

Aquí en el Perú siempre se ha puesto como modelo de un nuevo régimen laboral aquel establecido por la lamentablemente derogada Ley de Promoción Agraria, que establecía un sistema flexible para contratar y cancelar contratos de acuerdo a la estacionalidad de las actividades agrarias. Gracias a ese régimen laboral el empleo formal en el sector se incrementó en 160%, y en las regiones en las que operaban las empresas agroexportadoras la pobreza se redujo de 67% de la población a solo 19%. En zonas como Ica, por ejemplo, se ha llegado a generar empleo total. Una situación en que la demanda de trabajadores calificados ha incrementado los salarios por encima de la media nacional.

¿Contribuye a eso el aumento de la RMV? Según los especialistas, “un aumento en el salario mínimo va en perjuicio de las micro y pequeñas empresas, que emplean a gran parte de la población… reduciría las probabilidades de que más personas se inserten al sector formal, lo cual generaría mayor informalidad”. Y esto se debe a que entre las causas de la informalidad están la baja competitividad de estas micro y pequeñas empresas, que no les permite asumir los llamados “sobrecostos laborales”, esos pagos adicionales a la remuneración que el empleador realiza para proporcionar beneficios laborales a sus trabajadores: seguro médico, vacaciones, gratificaciones, CTS, etc.

Por eso, para enfrentar el problema de la informalidad, más que un aumento de la remuneración RMV resulta necesaria una verdadera reforma laboral, algo que venimos proponiendo desde El Motonero desde hace años.

El aumento de la RMV no debe hacerse de manera apresurada, como pretende la ministra Chávez; más bien debe ser motivo de un debate abierto a todos los sectores. Y en el que se analicen las consecuencias negativas que tal medida puede tener en el mercado laboral (como el incremento de la informalidad), especialmente en un contexto como el actual, de crisis económica y sanitaria.

Planteada las cosas en estos términos, ¿qué tiene que ver el aumento de la RMV con la defensa de los derechos de los trabajadores? Nada, absolutamente nada. En realidad los sectores que pretenden aumentar la RMV ignoran adrede la productividad de las empresas. ¿Por qué? Porque en su modelo de sociedad el empleo debe ser proveído por empresas estatales, por el Estado. Allí no importa la productividad, porque mediante decreto se crean puestos de trabajo y se establecen salarios. Y por eso esas sociedades se hunden en la hiperinflación y en la pobreza.

  • 10 de enero del 2022

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