Relanzar Tía María para detener la pobreza

El gran proyecto de cobre Tía María (en Arequipa) continúa estancado pese a contar con la licencia de construcción de mina que le permite iniciar operaciones. En un Estado de derecho que se respete, el proyecto –ya con la licencia– hace rato estuviera produciendo las 120,000 toneladas de cobre programadas, y el Perú estaría a punto de convertirse en el primer productor de cobre en el mundo, ahora con el mejor precio: US$ 4.80 la libra. Asimismo, las transferencias mineras por canon y regalías a las municipalidades distritales de la provincia de Islay serían mayores para el beneficio de los pobladores. Pero no. Tía María es atacada por dos frentes ideologizados que anteponen el marxismo sobre la pobreza de la población.

Desde hace más de 15 años, el ambientalismo ideológico ha logrado conformar bases antimineras en toda la zona andina, con el apoyo del comunismo. El propósito ha sido destruir la producción de cobre para crear condiciones de violencia y desesperación. Y también defender los intereses de los traders mineros internacionales, que aportan millonarias sumas a las oenegés ambientalistas.

Por otro lado, desde el Ejecutivo, con Guido Bellido –conocido activista antiminero, hoy en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM)– la postura oficial es contraria al aprovechamiento de los recursos naturales. Y con Guillermo Bermejo, figura principal de Perú Libre en el Congreso de la República, un nuevo frente antiminero “oficial” se impone. “Tía María no va ni irá jamás”, ha señalado el congresista investigado por supuestas vinculaciones con Sendero Luminoso. Una afirmación que va en contra de la opinión de un importante sector de la población. Así, la tenaza comunista –oficialista y antiminera– está estrangulando al proyecto de cobre más importante del sur. 

Tía María es, qué duda cabe, una de las mayores apuestas del país para enrumbar hacia el desarrollo social, económico y tecnológico; una fuente de empleo y de afirmación de los cuidados ambientales. No obstante, los comunistas desarrollan, con desparpajo increíble, diversos relatos fantasiosos sobre contaminaciones de la tierra y el agua de los alrededores. No es cierto que los polvos mineros afectarán los cultivos del valle de Tambo, porque las operaciones mineras se ubicarán a 570 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) y el valle se ubica a 100 m.s.n.m. Además, las voladuras de mina –que producen polvo– se realizarán a medio día, justo cuando los vientos soplan de sur a norte, en dirección contraria a la ubicación del valle de los agricultores. 

Se ha dicho maliciosamente que las aguas del río Tambo serán contaminadas con las sustancias químicas que se usarán en el proceso de lixiviación de producción de cobre. ¡Mentira! Las canchas de lixiviación estarán protegidas por geomembranas que impiden filtraciones. Además, la concentración del ácido sulfúrico a utilizar es similar a cinco gotas de limón en un litro de agua. Sobre el agua, Tía María construirá una planta desalinizadora de agua de mar para sus operaciones. 

Al descubrirse las mentiras contra Tía María, la agitación antiminera comunista ha cambiado de relato e inventado la necesidad de “la licencia social” necesaria para iniciar operaciones. Southern Perú, concesionario del proyecto de cobre, ha invertido en proyectos de agua, hospitales, educación, producción de derivados de leche, mejoras en la agricultura y otros emprendimientos locales, en coordinación con las autoridades de las comunidades y población. Tía María, de facto – tan de moda– ya ha obtenido una licencia social indiscutible. Y sobre todo durante los momentos terribles de la pandemia, en los que aportó oxígeno medicinal (y mucho más) para los pobladores de la zona. 

No obstante, el marxismo no se detiene y continúa atacando a la inversión. Con Pedro Castillo han inventado la “rentabilidad social” como condición previa para dar luz verde a los proyectos. Otra artimaña con el propósito de elevar los aportes de la minería a los gobiernos locales.

Si Pedro Castillo encabeza un gobierno preocupado por los pobres, su principal tarea es promover la economía del país. Y para lograrlo debería relanzar Tía María y otros proyectos estancados, para incrementar aún más los S/ 12,000 millones –¡record!– que la minería aportará al país este año. Solo así se atenderán las demandas de las mayorías.