A inicios del nuevo milenio China representaba apenas el 2% de...
El sector minero tiene un papel fundamental en la economía peruana, y especialmente la minería de cobre es un motor clave para el desarrollo económico. A pesar de las abundantes reservas de cobre en el país, la explotación actual enfrenta grandes obstáculos. Proyectos significativos como Tía María, Conga, La Granja y Galeno se enfrentan a barreras burocráticas y requieren el respaldo estatal para su avance.
La explotación del cobre no solo ha contribuido al crecimiento económico, sino que también ha generado empleo, reducido la pobreza y mejorado las condiciones de vida local. Sin embargo, la escasez global prevista de cobre presenta un desafío, especialmente en el contexto de la transición hacia la energía sostenible. En el Perú hay varios muy importantes proyectos mineros detenidos por el activismo antiminero y los falsos ambientalistas. Según el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), el Perú cuenta con un portafolio de inversión de US$ 53,000 millones en 43 proyectos mineros.
Uno de esos grandes proyectos largamente postergados es Tía María, ubicado en Arequipa, con una inversión de US$ 1,400 millones y con una proyección de producción anual de alrededor de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC). El proyecto no solo generará empleos en su área de influencia, superando los 9,000 puestos de trabajo, sino que también contribuirá al país con más de S/ 300 millones en concepto de canon y regalías. Este flujo económico fortalecerá tanto la economía regional como la nacional, brindando oportunidades y mejoras en la calidad de vida.
Además, en el caso de Tía María la empresa concesionaria, Southern Peru, ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad y está promoviendo inversiones en infraestructura hídrica para beneficiar a la agricultura regional. También ha establecido canales de diálogo y acuerdos con las comunidades en la zona de influencia del proyecto, impulsado iniciativas locales y brindado capacitación técnica, contribuyendo así al desarrollo de habilidades en áreas como la agricultura.
El comienzo de las operaciones en Tía María marcaría un hito significativo para la economía arequipeña y el sector minero en su conjunto. Este proyecto serviría como prueba concreta de que, a pesar de la incertidumbre política y económica, las oportunidades de inversión y crecimiento en la minería siguen presentes. El resultado sería un crecimiento económico impulsado por el incremento en la producción de cobre, la creación de empleos y la reafirmación de la contribución de la industria minera al progreso del país.
Otro proyecto de gran envergadura, pero que ha experimentado numerosos aplazamientos, es Conga. En 2011, la construcción de Conga fue abruptamente interrumpida, a pesar de que la empresa concesionaria, había cumplido con todos los requisitos legales establecidos. Conga destaca como uno de los proyectos mineros más meticulosamente evaluados en el Perú, a lo largo de más de 13 años.
El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Conga recibió la aprobación del Ministerio de Energía y Minas en octubre de 2010. Incluso, el Gobierno peruano encargó un peritaje, realizado por tres expertos internacionales y publicado en abril de 2012, que ratificó la solidez técnica del EIA y su conformidad con las normativas peruanas e internacionales. Sin embargo, la intervención del Gobierno de Ollanta Humala, impulsado por motivaciones políticas, llevó al cese del proyecto. Conga, en su fase de construcción, propiciaría la creación de aproximadamente 7,000 empleos, y las regalías que generaría superan los US$ 680 millones.
COMENTARIOS