Relanzar la minería y la agroindustria para salvar el modelo

Poco a poco, paso a paso, el Gobierno de Pedro Castillo de Perú Libre y el Movadef está logrando apagar los motores del crecimiento y reducción de pobreza que –durante tres décadas– permitieron triplicar el PBI, reducir la pobreza del 60% de la población a 20% antes de la pandemia y convertir a nuestra sociedad en una con mayoría de clases medias. La inversión privada se desploma con los anuncios de la constituyente, las nacionalizaciones y la designación de cuatro gabinetes fallidos. 

Las expresiones mayores de estos apagones económicos están en la minería y las agroexportaciones. En minería no hay nuevas inversiones, no obstante los inmejorables precios de los metales. En agroindustria tampoco hay nuevos emprendimientos, no obstante que la actividad exportadora solo utiliza el 5% de las tierras destinadas al agro. El Perú necesita relanzar su minería y sus agroexportaciones para generar recursos fiscales y el suficiente empleo para reducir la pobreza y que se evite la destrucción del modelo.

La minería moderna y legal hoy representa el 60% de las exportaciones, el 10% del PBI y el 12% del total de la inversión privada. La cartera de inversiones suma US$ 53,000 millones; sin embargo, las regiones con más potencial minero han sido sometidas a una conflictividad social sin precedentes. Cajamarca, por ejemplo, tiene una cartera de más de US$ 17,000 millones, pero los grandes proyectos están paralizados por la violencia de las minorías radicales: Conga, con una inversión de US$ 4,800 millones; El Galeno, con US$ 3,500 millones; La Granja, con 5,000 millones; y Michiquillay, con US$ 2,500 millones, entre otros.

Como todos sabemos, Apurímac es otra región en donde se ha focalizado la acción del radicalismo antiminero. Con una inversión de más de US$ 10,000 millones, MMG-Las Bambas acumula cerca de 500 días de paralizaciones por la acción de las minorías radicales, y el avance de la espiral violentista pone en peligro proyectos que representan más de US$ 10,000 millones.

Ante la acción de las minorías radicales, el Estado y el Gobierno renuncian a aplicar la Constitución y las leyes en las zonas mineras, y la minería moderna comienza a ser destruida por una serie de factores. De esta manera el Perú deja de producir más de un millón de toneladas métricas de cobre (TMC) (hoy produce 2.5 millones de TMC). Para entender la magnitud de las pérdidas: si se ejecutará la cartera de inversiones mineras, de más de US$ 53,000 millones, se generarían más de dos millones de empleos y se garantizarían S/ 350,000 millones de ingresos al Estado. Una verdadera locura y un crimen sin nombre contra los pobres. ¿Qué hace la oposición frente a esta tragedia? ¿Quién defiende a la minería?

Igualmente, en cuanto a las agroexportaciones hoy no se conocen nuevas inversiones, no obstante el milagro agroexportador que sorprende al mundo. Vale recordar que en las últimas dos décadas –bajo el amparo de la Constitución, los 22 tratados de libre comercio y, sobre todo, la Ley de Promoción Agraria (Ley N° 27360)– se crearon más de un millón de empleos formales cada año, y la pobreza descendió debajo de la media nacional en las regiones agroexportadoras. Los envíos al exterior aumentaron de US$ 627 millones hasta US$ 8,842 millones en el 2022, y crecerán hasta más de US$ 11,000 millones en el 2023. Pero sin nuevas inversiones todo declinará, todo se apagará desde esa fecha.

El motivo de la falta de nuevas inversiones agroexportadoras: evidentemente los anuncios tóxicos de la constituyente y las nacionalizaciones, y la absurda derogatoria de la Ley de Promoción Agraria durante la administración Sagasti. La señalada ley establecía regímenes tributarios y laborales flexibles y promovía la formalización del empleo.

Como se aprecia, dos motores claves del crecimiento y el empleo se apagan pese a las inmejorables condiciones para crecer. La oposición no defiende a la minería y el Congreso no restablece la plena vigencia de la Ley de Promoción Agraria. No se puede derrotar a la constituyente si la economía no crece y reduce la pobreza. Imposible.