El ministro de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), D...
Es evidente que el Gobierno está sintiendo el impacto de la recesión económica, que aumentará la pobreza y el desempleo en el país. Afortunadamente, ya está dando alguna muestra de reacción ante este gran problema, como el programa de reactivación económica, Plan Unidos, anunciado en la semana pasada por el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras. Se trata de un paquete de 25 medidas para recuperar la expansión de la economía, y que tienen como base a los sectores minería y agroexportación. En lo que respecta a la minería, se aplicarán 13 medidas de gestión y normativas para impulsar el sector, y que para el 2025 se espera el inicio de la implementación de siete proyectos mineros por un total de US$ 4,646 millones.
Lamentablemente estas propuestas parecen insuficientes, teniendo en cuenta que en el Perú hay varios muy importantes proyectos mineros detenidos por el activismo antiminero y los falsos ambientalistas. Según el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), el Perú cuenta con un portafolio de inversión de US$ 53,000 millones (una cifra diez veces mayor que la mencionada por el ministro) en 43 proyectos mineros. “Hay un compromiso de inversión de US$ 11,000 millones hacia los próximos cuatro años, pero esto es muy poco porque francamente el sector minero está en condiciones de llegar a más de US$ 6,000 millones por año y ya lo hemos logrado anteriormente”, ha señalado el ingeniero Miguel Cardozo, presidente del Comité Organizador del reciente evento minero Perumin 36.
Uno de esos grandes proyectos largamente postergados es Tía María, ubicado en Arequipa, con una inversión de US$ 1,400 millones y con una proyección de producción anual de alrededor de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC). El proyecto no solo generará empleos en su área de influencia, superando los 9,000 puestos de trabajo, sino que también contribuirá al país con más de S/ 300 millones en concepto de canon y regalías. Este flujo económico fortalecerá tanto la economía regional como la nacional, brindando oportunidades y mejoras en la calidad de vida.
Además, en el caso de Tía María la empresa concesionaria, Southern Peru, ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad y está promoviendo inversiones en infraestructura hídrica para beneficiar a la agricultura regional. También ha establecido canales de diálogo y acuerdos con las comunidades en la zona de influencia del proyecto, impulsado iniciativas locales y brindado capacitación técnica, contribuyendo así al desarrollo de habilidades en áreas como la agricultura.
El comienzo de las operaciones en Tía María marcaría un hito significativo para la economía arequipeña y el sector minero en su conjunto. Este proyecto serviría como prueba concreta de que, a pesar de la incertidumbre política y económica, las oportunidades de inversión y crecimiento en la minería siguen presentes. El resultado sería un crecimiento económico impulsado por el incremento en la producción de cobre, la creación de empleos y la reafirmación de la contribución de la industria minera al progreso del país.
Otro gran proyecto largamente postergado es Conga, en Cajamarca. En 2011, la construcción de Conga fue detenida, a pesar de que la empresa concesionaria, Yanacocha, había cumplido con todos los requisitos legales. Es uno de los proyectos mineros más minuciosamente estudiados en el Perú, a lo largo de más de 13 años. Conga generaría alrededor de 7,000 empleos durante su fase de construcción, y sus regalías superarían los US$ 680 millones a lo largo de su vida útil, generando más de US$ 2,000 millones en impuestos. La mitad de este monto se destinaría a la región de Cajamarca, a través del canon minero.
COMENTARIOS