Editorial Economía

Majes Siguas II: proyecto clave para el desarrollo de Arequipa

El sur del Perú apuesta por el progreso hídrico

Majes Siguas II: proyecto clave para el desarrollo de Arequipa
  • 31 de octubre del 2025


El proyecto Majes Siguas II marcará un punto de inflexión en la historia económica del sur del Perú. No se trata solo de una obra hidráulica: es una apuesta estratégica para transformar el desierto arequipeño en un motor agrícola y agroexportador. Con una inversión superior a los S/ 7,700 millones y la irrigación de 40,000 nuevas hectáreas, el proyecto promete reconfigurar la economía regional y generar oportunidades sostenibles de empleo y productividad.

El reciente acuerdo entre Perú y Japón, bajo el modelo de cooperación Estado a Estado, refuerza la viabilidad técnica del proyecto. La participación del Consorcio PMO Majes Siguas y la supervisión del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) aseguran estándares de calidad y eficiencia en la modernización de la infraestructura hidráulica. La automatización del sistema de riego, la rehabilitación de túneles y represas, y el uso de tecnología japonesa consolidan una visión de desarrollo sostenible de largo plazo.

Sin embargo, Majes Siguas II no solo llevará agua al desierto. Su impacto económico será mucho más amplio. Se estima la creación de más de 160,000 empleos, entre directos e indirectos, durante las fases de construcción y operación. Además, la generación de dos centrales hidroeléctricas fortalecerá la seguridad energética de la región, diversificando su matriz productiva. En conjunto, el proyecto puede convertir a Arequipa en un nuevo polo de crecimiento agroindustrial, capaz de dinamizar toda la macroregión sur.

La primera etapa del proyecto, Majes Siguas I, dejó valiosas lecciones. La fragmentación de tierras en minifundios redujo la productividad y frenó la adopción de tecnologías modernas. Para que la segunda fase sea realmente transformadora, las adjudicaciones deben orientarse hacia unidades productivas de escala viable, con acceso a financiamiento, mecanización y riego tecnificado. Incluir a los pequeños agricultores es crucial, pero bajo modelos asociativos que les permitan integrarse a cadenas globales de valor y no quedar relegados a la economía de subsistencia.

El éxito de Majes Siguas II dependerá, en gran medida, de las asociaciones público privadas (APP). Estas permitirán que el sector privado aporte su experiencia en gestión, mantenimiento e innovación, mientras el Estado asegura el marco regulatorio y la supervisión. En la primera etapa, el mantenimiento estatal de la infraestructura resultó ineficiente y costoso; en la segunda, las APP deben garantizar sostenibilidad técnica y financiera, asegurando que la inversión inicial se traduzca en desarrollo permanente.

Las APP no solo aportan capital, sino también disciplina de gestión y visión empresarial. Pueden garantizar la operación continua de las infraestructuras, la comercialización transparente de tierras y la adopción de tecnologías que optimicen el uso del agua. Su aplicación adecuada haría de Majes Siguas II un modelo replicable para otros proyectos hídricos del país, demostrando que la cooperación entre Estado y empresa privada es esencial para transformar recursos naturales en progreso tangible.

Pero el agua, por sí sola, no bastará. El proyecto requiere infraestructura complementaria: carreteras eficientes, centros de acopio modernos, cadenas de frío y plantas de procesamiento que agreguen valor a la producción. Sin estos eslabones, la agroexportación regional no podrá competir en los mercados internacionales. Majes Siguas II debe integrarse a un plan logístico y comercial más amplio, que articule a Arequipa con puertos, aeropuertos y plataformas de distribución del sur peruano.

El entorno normativo también jugará un papel decisivo. La estabilidad jurídica y un marco de promoción agraria moderno son condiciones necesarias para atraer inversión privada. Las políticas deben fomentar la formalización laboral, la innovación tecnológica y el acceso a crédito. La experiencia de otros valles costeños —como Ica o La Libertad— demuestra que la agricultura moderna florece cuando hay seguridad jurídica, incentivos adecuados y gestión eficiente del agua.

Majes Siguas II tiene el potencial de duplicar la frontera agroexportadora del sur y contribuir significativamente al crecimiento nacional. Actualmente, solo el 5% de las tierras agrícolas del Perú generan exportaciones, pero los proyectos hídricos en cartera podrían elevar esa cifra de 250,000 a más de 600,000 hectáreas. La expansión de cultivos de alto valor —como uvas, paltas y arándanos— no solo fortalecerá la balanza comercial, sino que impulsará el desarrollo rural y la creación de empleo formal.

Más allá de la infraestructura, lo que está en juego es el futuro productivo del sur peruano. Majes Siguas II simboliza la posibilidad de convertir un territorio árido en un espacio fértil, competitivo y sostenible. Pero su éxito no dependerá únicamente del agua ni de la inversión: dependerá de una gestión moderna, de asociaciones público privadas sólidas y de una visión de desarrollo compartida entre Estado, empresas y comunidades. Solo así el sur podrá consolidarse como una nueva potencia agrícola del país.

  • 31 de octubre del 2025

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