Editorial Economía

El Estado como fuente principal de la pobreza

La reforma estatal sin la cual es imposible volver a crecer

El Estado como fuente principal de la pobreza
  • 15 de agosto del 2023

Si observamos las regulaciones económicas establecidas en la Constitución, cualquiera podría sostener que los principios del modelo económico son los responsables directos del bajo crecimiento de hoy y de la posibilidad de que el Perú vuelva a aumentar pobreza. Si analizamos la vigencia de los 22 tratados de libre comercio que han liberalizado más del 75% del nuestro comercio exterior, igualmente, cualquiera podría sostener que la pobreza y la informalidad de algunas regiones es consecuencia de esa política de comercio exterior que solo incluye a algunos y excluye a otros.

Es evidente que el modelo económico sigue manteniendo las vigas maestras establecidas en la Constitución. En ese sentido, la economía era tan fuerte y estaba tan enraízada en la sociedad que ni la llegada de Pedro Castillo al poder con un programa colectivista posibilitó la estatización. Sin embargo, nuestra propia Constitución establece que la economía social de mercado, o el modelo basado en la inversión privada y la desregulación de mercados y precios, no pueden existir sin Estado o con el Estado abiertamente en contra de los privados. Finalmente, los mercados respiran información pública y necesitan de la ley y el imperio estatal.

En el Perú, el Estado se ha convertido en uno de los peores enemigos de la economía de mercado, la inversión privada y los emprendimientos de la sociedad. Si bien no se avanzó en la constituyente y las nacionalizaciones, en las últimas décadas los políticos, los partidos políticos, fueron incapaces de reformar el viejo Estado, que fue demolido a combazos por las reformas económicas de los noventa. Más allá del Banco Central de Reserva, la Superintendencia de Banca y Seguros y el Ministerio de Economía y Finanzas, todas las instituciones corresponden al viejo Estado populista y clientelista.

Pero no solo hubo pocos cambios. También una peligrosa involución que, no obstante los criterios desreguladores de la Constitución y los tratados de libre comercio, ha convertido al Estado peruano en uno de los más burocráticos de la región y de los países emergentes. ¿Cómo se generó este fenómeno tan singular? La izquierda colectivista y progresista triunfó en la guerra cultural y llegó a controlar los sentidos comunes de la mayoría de la sociedad.

Una de esas narrativas señalaba que el empresario, por naturaleza, buscaba la explotación del trabajador, la exclusión de las mayorías y era la fuente de pobreza. El fundamentalismo progresista señalaba estas barbaridades no obstante que el Banco Mundial y todos los organismos multilaterales sostienen que, en las últimas tres décadas, la pobreza bajó del 60% de la población a 20%, antes de la pandemia (hoy está en 27.5%). Y que del total de pobreza reducida, el 80% es aporte privado de la inversión y creación de empleo.

Sin embargo, la demonización progresista del empresariado se impuso. En este contexto, el Ministerio del Ambiente se llenó de sobrerregulaciones en contra de la inversión y se transformó en uno de los principales ejércitos en contra de la minería. Igualmente, los ministerios se multiplicaron de sobrerregulaciones y procedimientos y el Estado se convirtió en una verdadera cordillera a superar para la inversión privada y la sociedad.

Siguiendo el ejemplo de la administración central, igualmente, los gobiernos regionales y locales también crearon enredaderas impenetrables de sobrerregulaciones. La inversión privada se frenó en seco y algunas regiones (Puno, Cajamarca, Ayacucho, Huancavelica) mantuvieron una pobreza sobre el 40% de la población y una informalidad cercana al 90% de la economía regional.

A pesar de que el sector privado representa el 80% del total de reducción de pobreza, el 80% de los ingresos fiscales y provee más del 80% del empleo en los mercados formales e informales, el Estado –convertido en enemigo del empresariado– se llenó de sobrerregulaciones mientras crecía el gasto estatal destinado a las planillas y sinecuras del progresismo.

¿Por qué entonces el modelo económico que cuadriplicó el PBI y sorprendió al planeta por su capacidad de reducir pobreza ha dejado de crecer y hoy aumenta el número de pobres? Porque los enemigos de la inversión privada han convertido al Estado en el principal enemigo de los mercados y los privados. Hoy el modelo no puede continuar sin reformar el actual Estado anticapitalista.

  • 15 de agosto del 2023

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