Editorial Economía

El campo: la gran tarea postergada

Comunismo en contra de los pobres

El campo: la gran tarea postergada
  • 17 de septiembre del 2019


Si prospera el pedido del marxismo de una nueva Constitución, eliminando el capítulo económico de la Constitución de 1993, serán afectadas 2.2 millones de personas dependientes del sector agrícola. La actual Carta Magna no solo ha posibilitado reducir la pobreza —de 60% a 20% de la población—y ha logrado exportaciones de 600 variedades de frutas y hortalizas —las agroexportaciones pasaron de US$ 800 millones en 2000 a casi US$ 7,000 millones en 2018—, además ha fortalecido al sector agrario como nunca en la historia de Perú. Veamos.

Con la Constitución de 1993 se inició el despegue de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) agroexportadoras. Según el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), en el 2000 solo operaban 171 mipymes agroexportadoras, y en el 2018 sumaron 2,147. Asimismo, en 2000 solo estaban constituidas nueve empresa agroexportadoras grandes, y en 2018 eran 132. 

El afán de la izquierda antisistema es imponer un Estado de corte totalitario, verticalista y subsidiario. Las consignas del comunismo son las mismas del siglo pasado, como si el país se hubiera mantenido estático, sin ser afectado por la globalización de los mercados. Según la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), las 2,106 mipymes registradas en el sector agrario representan el 94% de la iniciativa agraria local. 

Si bien es cierto existe una alta concentración de producción agroexportadora en Lima y Callao (1,919 mipymes), más del 50% de las mipymes operan en el interior del país: 201 en Ica, 198 en Piura, 117 en Arequipa, 109 en Áncash y 57 en Cajamarca. Existe, sin duda, un potencial inmenso en el interior del país, que es abandonado por el Ejecutivo por la falta de agua, de asistencia técnica, de derechos de propiedad, de ideas de asociatividad, de ruedas de negocios y de oportunidades de mercado. 

Según la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), las empresas grandes representan el 70% del valor de las exportaciones, las medianas el 5% y las pequeñas el 25%. ¡Las mipymes generan ahora la tercera parte de nuestras agroexportaciones! La izquierda peruana pretende liquidar el entusiasmo de la población rural por enviar su producción agrícola a los principales mercados el mundo. Además, por la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº 27360) la participación de la mujer en el campo es notoria: de 36.4% en 2004 a 46.0% en 2015. Es decir, al comunismo no le interesa la mayor participación de la mujer en el campo ni el deseo de los campesinos de constituirse en una nueva clase media rural. 

Según el Minagri, la agricultura familiar representa el 97% del total de las unidades agropecuarias. Más de dos millones de personas (83% de los trabajadores agrícolas) laboran en parcelas de menos de cinco hectáreas. No obstante los avances, el Estado no logra identificar las necesidades del 97% del sector. Sus diseños están fuera de la realidad. La duplicidad de funciones, la desarticulación entre la autoridad nacional y los gobiernos regionales, la falta de seguimiento de los recursos, entre otros problemas, evitan que los esfuerzos del Estado favorezcan a los campesinos. 

En este contexto, la prioridad del sector es ampliar la vigencia de la Ley de Promoción Agraria, la reestructuración del Minagri, la consolidación de los comités de gestión regional agraria, la implementación de la ventanilla única, el uso de un Padrón de Productores Agrarios (PPA), el destrabe de los proyectos hídricos (Alto Piura, Chavimochic III, Majes Siguas II, Paltiture, entre otros) y la promoción del sector forestal.

El gran reto del sector es ampliar el riego tecnificado (solo existe en el 12% del territorio agrícola), extender el crédito agrario al 91% de las unidades agrarias que actualmente no son sujeto de crédito, reducir 88% de las unidades agrarias que no utilizan semillas certificadas y ampliar las asistencia técnica al 90% de las personas. Pero el principal reto es evitar la atomización del campo, otorgando títulos de propiedad e incentivando la creación de empresas o asociaciones. Según el Minagri, todo esto se conseguirá por medio de carpas informativas itinerantes, ruedas de negocios e innovación.

La tarea es grande. Habiendo tanto por hacer en el campo, el Ejecutivo está ocupado en supuestas reformas políticas y en sus interminables enfrentamientos con el Legislativo.

 

  • 17 de septiembre del 2019

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