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Una de las grandes personalidades de la cultura peruana del siglo XX
A menos de un mes de la desaparición de Rafael, la familia Santa Cruz ha sufrido otra gran pérdida: el sábado 30 murió Victoria Santa Cruz, a la edad de 91 años y víctima de una larga enfermedad. Como se sabe, Victoria fue una destacada cantante y coreógrafa que llegó a ser directora del Conjunto Nacional de Folclore, y junto con su hermano Nicomedes encabezaron, desde mediados del siglo pasado, la recuperación y revaloración de las tradiciones culturales y artísticas afroperuanas. Muchas de las danzas “negras” que hoy conocemos, como “El alcatraz”, deben su vigencia y popularidad al trabajo realizado por Victoria a lo largo de toda su vida.
Las raíces
Victoria nació en Lima, el 27 de octubre de 1922, y sus padres fueron un escritor y una mujer muy ligada al mundo del arte. De ahí que entre sus nueve hermanos hubiera músicos, poetas y hasta un reconocido torero. En las entrevistas, en las que se mostraba como una mujer dominante y orgullosa de su raza, solía contar que su interés en lo afroperuano le nació a partir de una experiencia negativa en su adolescencia, que después ella recrearía en el poema musicalizado “Me llamaron negra”. Pero su inicio artístico fue en los años cincuenta, como parte del grupo Cumanana, que dirigió junto con Nicomedes. En esa época los hermanos compusieron muchas canciones, entre ellas “Callejón de un solo caño”, uno de los temas emblemáticos del criollismo. Poco después Victoria viajaría becada a París, a estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones y en la Escuela Superior de Estudios Coreográficos.
Las danzas negras
A su regreso de Europa, en 1968, Victoria fundó y dirigió el grupo Teatro y Danzas Negras del Perú que, junto con el grupo Perú Negro (fundado en 1969 por Ronaldo Campos), inició la recuperación de las danzas tradicionales afroperuanas. Teatro y Danzas Negras del Perú se presentaba con frecuencia en auditorios tanto nacionales como extranjeros; y recibió elogiosos comentarios y hasta premios en México, Colombia y Chile. Una destacada labor de difusión que fue pronto reconocida por las propias autoridades peruanas: en 1973 Victoria fue nombrada directora del Conjunto Nacional de Folclore, hoy Escuela Nacional de Folclore. Desde este cargo, que ejerció hasta 1982, organizó una extensa y exitosa gira del conjunto, que abarcó países de América y Europa, y que atrajo la atención mundial sobre la música y las danzas afroperuanas.
La docencia
En los años ochenta, Victoria trasladó ese trabajo de difusión a los ámbitos académicos, especialmente en Estados Unidos, en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (Pennsylvania), donde después de trabajar más de diez años fue nombrada Profesora Vitalicia. Además ha dictado cursos y dirigido talleres en Argentina, Canadá, España, Italia, Dinamarca, Israel y Rusia, entre otros países. Y en nuestro país, a partir de la muerte de Nicomedes (hace doce años) se convirtió en la voz más autorizada en las tradiciones culturales afroperuanas. De ahí su constante presencia en los medios locales, que siempre solicitaban su opinión sobre estos temas. Con su muerte, hemos perdido a una de las más grandes personalidades de la cultura peruana de la segunda mitad del siglo XX.
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