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Lluvia de críticas en EEUU al más reciente ensayo del escritor peruano
En este mes de agosto se ha publicado, en todo el mundo de habla inglesa, el libro Notes on the Death of Culture (Farrar, Straus & Giroux, 2015), la traducción de La civilización del espectáculo (2012) de Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936). Como se sabe, se trata de una recopilación de ensayos sobre la banalización y frivolidad de la mayoría de las “manifestaciones culturales” de nuestro tiempo, desde la política hasta las artes y las letras. El libro está siendo comentado por los principales críticos angloparlantes, quienes le encuentran muchos más defectos que virtudes. Veamos algunas de sus objeciones.
Uno de los más duros comentarios es el del crítico Joshua Cohen, publicado en el New York Times a inicios de esta semana. Para él, MVLL cae en varias contradicciones a lo largo del libro. Por ejemplo, el escritor peruano se lamenta porque la gente ya no lee tanto ni está tan atenta a las novedades artísticas como antes; pero algunas páginas después, se queja de que los intentos para “democratizar” la cultura, hacerla llegar a un más amplio sector del público, solo “trivializan y abaratan la vida cultural… pues simplifican las formas y los contenidos de los trabajos artísticos para ponerlos al alcance de las grandes mayorías”.
Por su parte, Nick Romeo de The Chicago Tribune, señala que las definiciones que MVLL hace de la vieja cultura clásica y humanista, opuesta a la producción cultural “trivial y barata” propia de nuestro tiempo, resultan “tautológicas”. La “gran cultura”, la que se debería preservar, es aquella avalada por la tradición y por el juicio de muchas generaciones de intelectuales; pero estos intelectuales son precisamente aquellos formados en las grandes universidades, herederos de esa misma tradición. Una tautología en la que incurrieron pensadores como Matthew Arnold y T. S. Eliot, en quienes se apoya MVLL.
Un comentario recurrente en estas reseñas es que más que la “muerte de la cultura”, lo que MVLL lamenta es su propia muerte. El periodo de declive cultural que se señala en el libro (50 años) coincide con el de su propia actividad como escritor y “creador” de productos culturales; una coincidencia que el escritor peruano no parece advertir. En realidad la nostalgia que MVLL manifiesta en este libro no es por la totalidad de la gran tradición cultural occidental, sino por aquella en la que él se formó: los libros que leyó en su juventud, las obras de arte que más lo conmovieron y hasta el tipo de razonamientos con los que aprendió a desarrollar sus propias ideas.
Pero sin duda el más duro comentario está hacia el final del artículo de Cohen cuando se señala que estas “ideas” vargasllosianas son absolutamente opuestas a la propuestas literarias novelas como La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la Catedral, en las que los diferentes tipos de culturas que conforman la sociedad peruana se amalgaman e integran. O las propuestas de novelas como La tía julia y el escribidor y El hablador, cuyo tema es precisamente la interacción de esa “gran tradición” con productos culturales masivos o mitos ancestrales amazónicos. “No disfruto refutando a este viejo escritor; preferiría releer sus primeras novelas”, concluye Cohen su comentario de este libro de ensayos.
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