El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Remembranza de Rosa María Macedo, narradora iqueña precursora del realismo mágico. La reciente celebración del Día Internacional de la Mujer (el domingo 8 de marzo) es una muy buena oportunidad para rescatar la figura de una importante artista y narradora iqueña: Rosa María Macedo (1909-1991). Esposa del reconocido pintor Enrique Camino Brent (1909-1960), fue una de las animadoras del movimiento indigenista y perteneció a la generación de Ciro Alegría (1909-1967) y José María Arguedas (1911-1969). Su obra narrativa (cuentos y novelas) fue publicada hace unos años por la Universidad Católica en el libro María Rosa Macedo. Narrativa completa (Obras esenciales, 2012), que contaba como colofón con una entrevista que el joven Mario Vargas Llosa le hizo a la escritora en octubre de 1955. Nacida en Humay (Ica) Macedo fue una continuadora de la narrativa de Abraham Valdelomar, y trasladó a la literatura algunos de los principios estéticos del indigenismo pictórico. Así, sus relatos están marcados por el interés de describir el mundo en el que vivió su infancia: pequeños pueblos de la costa central, habitados por campesinos costeños, andinos y afroperuanos. En su primer libro, Ranchos de caña (1941), combinó los cuentos y relatos ambientados en la hacienda Montesierpe (en su natal Humay) con una serie de “estampas”, amplias descripciones de los paisajes geográficos. A ello se sumaba una acertada recreación del habla típica de los diversos grupos étnicos de la región. Destacan en este libro cuentos como “El guarango” y “El mayordomo”. La buena recepción que tuvieron estos relatos animó a Macedo a dar el salto a la novela, con el libro Rastrojo (1943). La propia autora ha resumido la trama de su obra: “Rastrojo es el relato de la vida de una mujer valerosa, fuerte y resignada que se llamó Martina. Tronco de tres generaciones que ella alcanzara a ver, y de las que fuera siempre apoyo y ayuda. Vivía en Humay, pueblo pequeño sobre la carretera a Pisco, y sus ojos cansados vieron irse por ahí, uno a uno, a todos sus hijos, en pos de la aventura, del dinero o del deber”. Pero sin lugar a dudas su mejor libro fue Hombres de tierra adentro (1948), un conjunto de cuentos en los que –ya con más dominio de sus recursos narrativos– mezcla los elementos realistas con mitos, leyendas y sucesos mágicos, a la manera que lo haría el llamado “realismo mágico” recién veinte años después. Así lo afirma Alfredo Bryce Echenique en el prólogo de MRM: Narrativa completa. “El paisaje peruano, las costumbres y los tipos nativos están retratados con gran vivacidad en la obra de María Rosa Macedo” afirma Mario Vargas Llosa, a manera de presentación, en la ya mencionada entrevista. Más adelante continúa “Sus cuentos y novelas son fundamentalmente descriptivos… ha cultivado el costumbrismo, que cree haber superado, y considera que la sinceridad es la primordial obligación del escritor. En sus cuentos y novelas ha empleado una técnica simple y secular: dejar que los personajes empiecen a moverse solos, a actuar por sí mismos, a imponerse al autor”. Estas palabras y las de Bryce son motivos más que suficientes para leer a esta escritora casi olvidada. 09 - Mar - 2015
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